“Cualquier medicamento puede producir reacciones adversas”. Así lo afirma la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), una realidad que puede ser tan frecuente en salud humana como en salud animal. Por esta razón, la labor del veterinario en el proceso de revisión y verificación es esencial.
En el caso de los medicamentos de uso animal, en España las notificaciones de acontecimientos adversos (AA) han aumentado en los últimos años. “España sigue el patrón de aumento de notificaciones de AA como otros países europeos”, según las declaraciones de María Jaureguízar, directora gerente de la Fundación Vet+i en una entrevista a Animalcare.
Si nos fijamos en los últimos datos publicados por la AEMPS, relativos al 2023, se ha producido un aumento de estas notificaciones, “alcanzando las 4.393 en su totalidad”, sostiene Jaureguizar. Sin embargo, en el año anterior, la cifra de reportes fue ligeramente más reducida, con 4.208 notificaciones de efectos adversos en medicamentos veterinarios. Esto indica un incremento, aunque muy leve.
En cuanto a las notificaciones de los acontecimientos adversos que se han producido en España, “en 2023 de nuevo fue mayoritaria las realizadas por los titulares de autorización (un 93,7 %) frente al resto de posibles orígenes (profesionales sanitarios, ganaderos, propietarios de animales, otros usuarios, etc.), que notificaron el 6,21 %”, comenta la veterinaria.
"Estos datos demuestran una mayor implicación de los profesionales sanitarios, entre ellos los veterinarios como parte fundamental del sistema de farmacovigilancia en la notificación de las sospechas de AA"
No obstante, que aumenten las notificaciones no implica que los medicamentos sean menos seguros. “Estos datos no quieren decir que haya habido en los últimos años un aumento en los AA, sino que demuestran una mayor implicación de los profesionales sanitarios, entre ellos los veterinarios, como parte fundamental del sistema de farmacovigilancia en la notificación de las sospechas de AA”, explica la directora gerente de la Fundación Vet+i.
Una vez que se notifican estos casos, son los profesionales encargados de evaluar la situación quienes confirman o no que los efectos adversos se hayan producido por los fármacos. “Hay que recordar que estos reportes una vez recibidos son estudiados y evaluados por los expertos de la AEMPS para determinar la causalidad de la reacción y, finalmente, relacionarlas o no con los medicamentos”, matiza la experta.
Pero, ¿cuáles son los pasos a seguir si se notifica un efecto adverso? Según cuenta la veterinaria, una vez que se hayan notificado posibles reacciones a medicamentos, “se cuantifican, evalúan y previenen los riesgos en el uso de los medicamentos veterinarios”. En este proceso, la comunicación es una pieza clave para controlar “los riesgos y los beneficios de los medicamentos veterinarios una vez que se comercializan”, sostiene.
“Si para un medicamento aparece un determinado patrón de acontecimiento adverso, y dependiendo de las condiciones en las que las reacciones han aparecido y de su gravedad, se instaurarán acciones administrativas correctoras para mejorar la seguridad, como la inclusión de advertencias en el prospecto, cambios en las condiciones de uso autorizadas o incluso, si es necesario, la suspensión cautelar de la autorización de comercialización del medicamento y ordenar la retirada del mercado de uno o más lotes del medicamento, hasta que los problemas de seguridad se hayan resuelto” detalla la experta.
En cualquier caso, “en España contamos con un sistema de farmacovigilancia muy sólido”, indica la directora gerente de Fundación Vet+i. Además, este “Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos Veterinarios” ha sido actualizado recientemente bajo el Real Decreto 1157/2021. Un sistema en el que participan comunidades autónomas, profesionales sanitarios, la Aemps y el Comité Técnico del Sistema Español de Farmacovigilancia de medicamentos veterinarios, entre otros.