El Colegio de Veterinarios de Madrid renovó los cargos de su Junta Directiva el pasado 6 de noviembre. Tras las elecciones, Felipe Vilas fue elegido nuevamente presidente de la entidad para dar continuidad a los retos de su gobierno. Con más de 835 votos, el presidente de la entidad aseguró que se había logrado mucho “y vamos a por más”.
Entre los objetivos ya logrados está la relación cada vez más afianzada con la Administración, como es el caso de la Consejería de Medio Ambiente de Madrid, la de Sanidad o los propios ayuntamientos. Así lo afirma el presidente en una entrevista para AnimalCare, que reconoce el crecimiento de un colegio cada vez más feminizado. Sin embargo, señala, todavía quedan muchos retos a los que hacer frente, como el reconocimiento de la profesión o la mejora de las condiciones laborales.
En primer lugar, Felipe, darle la enhorabuena por renovar como presidente del Colegio de Veterinarios de Madrid. ¿Qué supone para usted este cargo y cómo afronta esta continuidad como presidente?
Es un honor. Para un veterinario es un honor representar a todo el colectivo, en este caso del Colegio de Veterinarios de Madrid, con un número de colegiación muy amplio con casi 5.000 colegiados. Estoy francamente contento, llevamos muchos años trabajando todo el equipo con ganas e ilusión, y creemos que hemos hecho un trabajo muy bueno, aunque siempre es mejorable.
Esta renovación del cargo también nos produce una gran ilusión para afrontar los nuevos retos que tiene la profesión por delante, que no son pocos. Además, contamos con un equipo muy equilibrado que representa a todos los sectores de la profesión y también con una representación muy importante de mujeres en el propio equipo de gobierno. Esto último debe ser así porque las mujeres ya son mayoritarias en esta profesión, como en casi todas las de la rama de la salud.
Hablando precisamente de la colegiación. ¿Cómo ha evolucionado el número de colegiados en los últimos años?
En los últimos años estamos en un crecimiento aproximado de un 3% anual, es decir, unas 150 incorporaciones al año. Pero si nos remontamos a diez años atrás, se ha producido una incorporación del 34%. Esto quiere decir que en la última década se han incorporado 1.200 nuevos profesionales. Estas incorporaciones dan como resultado una profesión muy joven y mayoritariamente femenina. En torno al 80% de compañeras son mujeres. Por lo tanto, estamos ya ante una profesión eminentemente femenina y esto también supone un cierto cambio, porque la mujer en el trabajo del veterinario, a la hora de relacionarse con los animales, pues qué duda cabe que, en general, tiene una mayor sensibilidad.
Los colegios tienen una labor fundamental. ¿Cómo trabaja el Colegio de Madrid para que todos los profesionales se sientan representados?
Hay tres labores clave. Por un lado, informar a los veterinarios de todos los asuntos que les competen directamente, pero también de todos los asuntos que afectan a la profesión. En segundo lugar, es fundamental la formación continuada para que la profesión se mantenga en unos niveles de calidad óptimos. Y en tercer lugar, es esencial atender las demandas que tienen los veterinarios y en este sentido, en tenemos una cartera de servicios que son muy útiles para los colegiados y una agenda social en la que participan cada año cerca de 3.000 compañeros.
"Tenemos una cartera de servicios que son muy útiles para los colegiados y una agenda social en la que participan cada año cerca de 3.000 compañeros"
En el Colegio de Veterinarios de Madrid entendemos que es necesario abordar otras facetas, es decir, aquellas actividades que van más allá de los estrictamente competencial para que los veterinarios se sientan cerca e implicados con el colegio.
En el caso del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. ¿Cuáles son los retos que afronta para el próximo año?
El mayor reto es potenciar el reconocimiento social y económico de la profesión. El reconocimiento social es absolutamente fundamental porque los veterinarios hacemos muchos servicios que redundan en beneficio de la sociedad. Hacemos muchas cosas más allá de la clínica directamente, que es como la sociedad nos reconoce. Nosotros trabajamos en la seguridad alimentaria para que los alimentos lleguen a los ciudadanos en las mejores condiciones todos los días, y por tanto, trabajar en el reconocimiento es un reto fundamental.
El otro reto es trabajar para que todas las instituciones hagan posible la mejora de las condiciones laborales de los veterinarios. No solo en cuestiones económicas, también es necesario trabajar en el estrés que genera la profesión, particularmente en quienes trabajan con animales de compañía y que son muy jóvenes. En ellos se producen lo que conocemos como ‘Burnout’, que de alguna manera es la fatiga por compasión. Estos profesionales no siempre tienen herramientas para afrontar estas situaciones.
En este caso, nuestro colegio cuenta con un servicio de prevención de este tipo de patologías por el que ya han pasado más de 500 veterinarios y veterinarias. Todos estos retos hay que afrontarlos y mejorarlos lo máximo posible.
¿Cómo debe abordarse esa falta de reconocimiento en la profesión?
Todos los veterinarios debemos hacer un esfuerzo de comunicación para que la sociedad conozca el trabajo que hacemos. La sociedad conoce al veterinario de clínica, pero no saben el nivel tan alto que tienen estos profesionales en su quehacer diario. Nuestro papel es esencial para la salud pública. Muchas personas no conocen nuestro trabajo en el control de la higiene, de las condiciones de salud y de bienestar de los animales, desde las granjas hasta la mesa. Da igual si es carne, leche, huevos, nuestro trabajo está en toda la cadena alimentaria para garantizar que el producto llega en buenas condiciones.
Más allá del trabajo de clínica nos corresponde a nosotros explicar que hacemos muchas más cosas que van más allá de lo que es el ejercicio clínico diario, como es el caso, como hemos dicho, de la seguridad alimentaria, del control de esas enfermedades zoonóticas para prevenir posibles pandemias o la investigación. Somos una profesión investigadora con muchos trabajos científicos en revistas indexadas de los veterinarios, mucho trabajo científico en los laboratorios farmacéuticos para producir sobre todo medicamentos. Además de todos los veterinarios que trabajan en medio ambiente. Tenemos que hacer un esfuerzo de comunicación y divulgación.
Somos gente cercana y una profesión muy comprometida y muy solidaria. Y al mismo tiempo muy resolutiva, con mucha capacidad de resolver problemas para el conjunto de la sociedad. Quién nos conoce nos valora mucho.