Lucía Martínez ha sido una de las beneficiarias de las becas de la Fundación Barrié. Con 25 años, Martínez ha conseguido vivir la experiencia de ser estudiante de Veterinaria también en Estados Unidos. En concreto, en la Michigan State University, la universidad del estado americano que le ha ofrecido la oportunidad de completar sus estudios de Veterinaria. La estudiante, que ahora finaliza sus estudios en la Facultad de Veterinaria de Universidad de Santiago de Compostela (USC), ha disfrutado de dos meses de verano haciendo prácticas en el laboratorio de esta universidad americana.
“Puede que sea una de las oportunidades más buenas que he tenido en toda mi vida”, explica Lucía en una entrevista para Animalcare. Y es que, como cuenta la estudiante, es un mundo muy diferente al nuestro. “El país es muy diferente y la personalidad de la gente también”, pero no solo eso. Lucía asegura que la carrera de Veterinaria en este estado también es muy diferente. “Los alumnos de esta universidad tienen muchas oportunidades de poder acceder al laboratorio en el que están haciendo prácticas”. “Tienen muchas oportunidades laborales más allá de estar en la universidad, que me parece que a futuro está bastante bien”, recalca.
"Tienen oportunidad de hacer prácticas remuneradas"
Y no solo por las oportunidades de hacer prácticas dentro de la universidad. Lucia asegura que el alumnado de la Michigan State University también tiene acceso a otro tipo de prácticas. “Tienen oportunidad de hacer prácticas remuneradas. Están cobrando por hacer el mismo trabajo que yo estaba haciendo y al mismo tiempo se están formando”, sostiene.
De hecho, los estudiantes de esta universidad pueden ser polivalentes ya desde los primeros cursos de veterinaria. “Además de estar en laboratorio, también íbamos a las granjas y tomábamos muestras de vacuno de leche. Ellos se iban formando, a lo mejor estaban en segundo de carrera y ya tenían un dominio de toma de muestras espectacular”, indica la estudiante.
EL DÍA A DÍA EN LA UNIVERSIDAD DE MÍCHIGAN
Durante estos dos meses, Martínez ha hecho “un poco de todo”. “Dos veces por semana íbamos a diferentes granjas a recogida de muestras”, indica, “tanto muestras de leche como nasales, vaginales, muestras de aire y de medio ambiente”. Posteriormente estas muestras se llevaban a analizar para comprobar “si las muestras testaban positivo”, continúa.
"Algunas de estas muestras sí que nos las quedábamos en el laboratorio para hacer algunos estudios complementarios"
Después, “una vez teníamos esos resultados en el laboratorio, se hacía un análisis de datos y un resumen de toda la información para luego hacer un reporte para las granjas”, explica la estudiante. “Y además, algunas de estas muestras sí que nos las quedábamos en el laboratorio para hacer algunos estudios complementarios, como puede ser el recuento de células somáticas o cualquier otra cosa que hiciese falta”.
Sin duda una experiencia “muy buena”, que le ha dado la oportunidad de conocer el laboratorio americano. Aunque es cierto que, tal y como sostiene Lucía, “el trabajo de laboratorio, independientemente de lo que estés haciendo, es protocolario”. La estudiante asegura que, tras desarrollar las habilidades de laboratorio ya en España -después de disfrutar de unas prácticas en el Instituto de Ciencias Forenses de Santiago- “las normas de laboratorio son exactamente iguales para todos”.
PRÓXIMOS PASOS
Tras vivir esta experiencia de dos meses en Míchigan, Lucía ya afronta la recta final para dar el salto al mercado laboral. De hecho, ya ha completado todos los cursos y ha expuesto su Trabajo de Fin de Grado. También ha aplicado para otros estudios y así poder disfrutar de la rama de la investigación que, como concluye, es una de las que más le ha gustado.