El pasado 18 de enero, el Consejo de Estudiantes de Veterinaria de España (CONEVET) anunciaba en sus redes sociales su postura acerca del uso obligatorio de PRESVET para la prescripción de antibióticos en animales de compañía. Como adelantábamos en AnimalCare, la organización alegaba a una carga burocrática adicional que ponía en riesgo la práctica veterinaria diaria en clínica. En concreto, el consejo afirmaba que este enfoque se implementa de manera desproporcionada sobre los profesionales veterinarios, sin considerar un cambio de paradigma que involucre a todas las profesiones de ciencias de la salud.
En declaraciones a este medio, el presidente de CONEVET,David González, asegura que esta medida afecta tanto a la capacidad de reacción en consultas y urgencias como a la gestión diaria de las clínicas. “Ante una urgencia, el médico veterinario ve su intervención muy limitada, al no poder aplicar directamente medicamentos que, aunque la experiencia avala su eficacia, estarían bloqueados de ser usados como primera opción”, argumenta.
Uno de los principales problemas señalados por González es la obligatoriedad de realizar antibiogramas para la prescripción de aquellos antibióticos “que no sean de primera opción”. Según explica, “los resultados del antibiograma no sólo en muchas ocasiones llegarán más tarde de lo necesario sino que supondrán un gasto adicional que una buena parte de los clientes no querrá asumir ya que, en estos casos, resulta hasta complicado que accedan al pago de los tratamientos y revisiones básicas”. Además, esta medida podría dificultar aún más la atención en urgencias, donde la rapidez en la toma de decisiones es crucial para salvar vidas.
A la carga económica, se suma el aumento de la burocracia. Los veterinarios estarán obligados a justificar detalladamente el uso de cada medicamento, tanto los dispensados al propietario como los administrados en consulta. “La regularización de estos medicamentos es más que necesaria, es algo innegable. Sin embargo, cuando esta limita tu propia profesionalidad, conocimientos, y compromete tu labor, ya no se ve justificada por su propósito”, subraya González.
"Tampoco resulta viable extender la jornada laboral para cumplimentar las nuevas tareas, ya que los veterinarios ya cuentan con extensas jornadas añadidas a los periodos de guardias o intervenciones quirúrgicas que ocupan tiempos de descanso"
Desde CONEVET consideran que la implementación de PRESVET requiere de recursos y condiciones laborales que actualmente no están al alcance de muchas clínicas veterinarias. González apunta que muchas clínicas trabajan con personal reducido y sin capacidad económica para contratar más trabajadores. “Tampoco resulta viable extender la jornada laboral para cumplimentar las nuevas tareas, ya que los veterinarios ya cuentan con extensas jornadas añadidas a los periodos de guardias o intervenciones quirúrgicas que ocupan tiempos de descanso”.
Es cierto que uno de los objetivos de PRESVET es la lucha contra las resistencias causadas por los antibióticos. Sin embargo, existen algunas medidas “interesantes y verdaderamente eficaces”, como menciona el presidente del consejo. “Por un lado, valorar y asumir el rigor clínico del veterinario, el cual dará un buen uso de los medicamentos de su botiquín sin necesidad de hacer una receta de los mismos cada vez que se usan en consulta”, sostiene. “Y, por otra parte, una dispensación acertada y precisa para cada tratamiento, evitando así que haya remanentes prácticamente con cada animal con prescripción”.
UNA APLICACIÓN DE TRANSICIÓN “NO ES SUFICIENTE”
Aunque el Ministerio de Agricultura ha comunicado que la aplicación de PRESVET será de transición, desde CONEVET consideran que esta medida no es suficiente. “Por mucho que haya un periodo de transición, con alguna que otra modificación, el tiempo presente para la figura clínica es muy limitado. Muchas clínicas de nuestro país se sostienen con un par de médicos veterinarios, que en el día a día ya se ven sobrepasados por las labores básicas”, advierte González.
Otra de las preocupaciones del sector son las sanciones previstas por errores burocráticos relacionados con PRESVET. González detalla que estas multas hangenerado miedo en muchos profesionales, quienes temen penalizaciones desproporcionadas. “Por el momento, seguimos esperando una alineación clara dentro de la profesión y que haya una voz conjunta dentro de las instituciones”, comenta.
MÁS CONCIENCIACIÓN SOBRE LA LABOR VETERINARIA
Desde el consejo también reivindican “un cambio de paradigma”, porque, por ahora, “sigue faltando una concienciación plena de que la intervención del médico veterinario afecta directamente a la salud humana”, insiste González. De hecho, en el ámbito veterinario España lidera la reducción del uso de antibióticos. Y además, son precisamente estos profesionales quienes también trabajan en primera línea por la salud no solo animal, sino también humana y del medioambiente.
“Sigue faltando una concienciación plena de que la intervención del médico veterinario afecta directamente a la salud humana”
“Dentro del sector de la salud debería haber un enfoque sustancial de las labores multidisciplinares, sobre quién verdaderamente prevé en primera línea la diseminación de enfermedades zoonóticas, quién vela por los criterios de salud en todos los centros de hostelería y gastronomía de nuestras ciudades, la calidad de nuestras aguas, entre otras muchas cosas”, reclama.
“Y a nivel de sociedad debería haber una campaña de concienciación mucho más clara, enfocada a un público general que no vea las labores veterinarias en clínica como un “proceso obligatorio” como las vacunas, microchip o revisiones regulares, sino que verdaderamente están cuidando por su propia salud mientras velan por la de sus mascotas”, concluye.