La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cuenta con 76 Centros de Referencia repartidos por todo el mundo que trabajan en "28 disciplinas" y "tres de ellos se encuentran en España". Así lo describe Marisa Arias, directora técnica del Centro de Referencia de la FAO para la Peste porcina africana en una entrevista para AnimalCare. Muchas de estas disciplinas son “prioritarias” y, entre ellas, podemos encontrar enfermedades como la fiebre aftosa o la influenza animal, pero también otros aspectos relevantes como las resistencias antimicrobianas.
En la actualidad, estos centros desarrollan “un papel fundamental proporcionando asesoramiento técnico, y servicios especializados, dando apoyo en la construcción de ‘capacidades’ a los laboratorios de diagnóstico, para el fortalecimiento de la sanidad animal de los países miembros, que son 194 países de todos los continentes”, explica Arias. De hecho, estos centros “contribuyen significativamente a mejorar la sanidad animal, la seguridad alimentaria y el esfuerzo mundial para el control de enfermedades”, añade.
Dentro de su trabajo, “son un pilar fundamental en la lucha contra las enfermedades animales”, como explica la directora técnica. Y, en concreto, trabajan especialmente en el diagnóstico, control y estudio de los patógenos. “En mi temática, que es sobre las enfermedades infecciosas, los Centros de Referencia trabajan en la confirmación diagnóstica, coleccionan los patógenos circulantes, los caracterizan, estudian su dinámica de infección, estudiando los síntomas que producen y cómo van evolucionando estos síntomas”, puntualiza.
Este trabajo puede ayudar a “conocer mejor la cara que muestra la enfermedad en cada momento, a medida que los propios patógenos van evolucionando, para que puedan ser fácilmente detectada su presencia por los veterinarios”, sostiene Arias, de hecho, estos profesionales son los encargados de realizar “una detección temprana en campo” vital para poder “desarrollar las mejores estrategias de prevención y control”.
"Participamos en proyectos conjuntos con empresas para el desarrollo de nuevas técnicas diagnósticas más sensibles y específicas"
También los centros de referencia trabajan para mejorar tanto las técnicas diagnósticas como la calidad de las vacunas. “Participamos en proyectos conjuntos con empresas para el desarrollo de nuevas técnicas diagnósticas más sensibles y específicas, y vacunas más eficaces de acuerdo a los patógenos circulantes en cada momento”, indica la experta. Estos centros estudian las técnicas de diagnóstico que desarrolla la industria farmacéutica “para asegurar que cumplen los mínimos estándares de calidad”.
Por otro lado, una de las actividades “más importantes” es la armonización de los Laboratorios Nacionales de Referencia (LNRs). “Esta armonización asegura que un positivo es positivo en cualquier otro país, y un negativo lo será también en cualquier otro país”, destaca Arias. “Este hecho es muy importante, no solo para que los servicios veterinarios preparen buenas estrategias de control y/o erradicación, sino también para ganar la confianza de los países con los que se mantienen relaciones comerciales, y que no se cierren los mercados de exportación de zonas o países libres”.
LOS DESAFÍOS DE ESTOS CENTROS
Más allá de la labor que realizan, estos Centros de Referencia tienen por delante numerosos desafíos. De hecho, entre sus prioridades está “el desarrollo de nuevas herramientas para hacer frente a las pandemias”. En este grupo, no solo se incluyen las técnicas diagnósticas, sino también “el desarrollo de tratamientos y nuevos enfoques y estrategias para la prevención, por ejemplo, el uso de vacunas y buenos programas vacunales”, comenta la directora técnica.
"Otros desafíos en los Centros de referencia de epidemiología veterinaria es el desarrollo de modelos adaptados a cada escenario"
Como la labor veterinaria exige, estos centros están involucrados en la tarea de prevención y vigilancia. “Otro desafío en los Centros de referencia de epidemiología veterinaria es por ejemplo el desarrollo de modelos adaptados a cada escenario, para la prevención y la vigilancia”, matiza Arias. Además, también se suma a estos desafíos la lucha contra las resistencias a los antimicrobianos, a través de numerosos Centros de Referencia de FAO, “un desafío crucial que tenemos entre manos”.
RECURSOS LIMITADOS Y UNA IMPORTANTE CARGA DE TRABAJO
Los desafíos de estos centros no solo están relacionados con las labores de prevención, control y tratamientos de enfermedades. Y es que, como señala Arias, “los recursos son limitados” en estos centros y, además, asumen una “importante carga de trabajo”. La conexión internacional que existe en estos centros obliga a estar mano a mano con todos los países de los diferentes continentes “y a veces, no es tan fácil llegar”, asevera.
“Por otra parte, algunos países más desfavorecidos no tienen suficientes recursos para abordar de forma eficiente y eficaz buenos programas de control según los escenarios que deben enfrentar, aunque por supuesto la FAO dispone de programas específicos para temas prioritarios”, recalca la experta. A esto se suman otras dificultades,por ejemplo enel envío de reactivos o material a otros países, y para lo que Arias recomienda instaurar “centros específicos más cercanos a sus regiones, como por ejemplo en el caso de la Peste porcina africana en Centro y Sur-América, amenazados por esta enfermedad, para facilitar que el apoyo llegue más rápidamente", aunque esto no es una tarea fácil y requiere tiempo para ganar conocimiento y experiencia.