El síndrome de ‘burnout’ o, lo que es lo mismo, “estar quemado” es cada vez más frecuente entre los profesionales del sector veterinario. Agotamiento emocional, despersonalización, falta de realización personal o la baja autoestima profesional son algunas de las características de este síndrome, tal y como explica la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) a través de su proyecto Vetbonds.
Esta situación se agrava especialmente entre los profesionales dedicados a la clínica veterinaria. Así lo confirma el último informe sectorial de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC) que, utilizando los datos del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (Colvema), asegura que el 75% de los profesionales que utilizan el servicio de atención psiquiátrica y psicológica del Colegio trabajan como contratados en clínicas veterinarias.
Le siguen los propietarios de clínicas veterinarias con un 20% y los estudiantes con un 5%
En cuanto al resto de personas que han utilizado este servicio en el último año, se puede ver como el segundo porcentaje corresponde a los propietarios de clínicas veterinarias, con un 20% de afectados, al que le siguen los estudiantes de máster, oposiciones y otros trabajos relacionados, con un 5%.
Por otra parte, la evolución del servicio de atención psiquiátrica y psicología de Colvema ha sido muy volátil en los últimos años. En 2023, el número de colegiados atendidos por este servicio fue de 81 veterinarios. De ellos, un 79% eran mujeres, mientras que un 21% fueron hombres.
Las personas atendidas por este servicio en el último año fueron menos que en 2021 y 2022. En 20221, 110 colegiados acudieron al servicio de atención psiquiátrica de esta entidad, mientras que en 2022, 132 veterinarios recibieron apoyo psicológico en el Colegio de Veterinarios de Madrid. Sin duda, el año que menos se utilizó el servicio fue en 2020, con 61 colegiados atendidos.
LA CONCILIACIÓN EN CLÍNICA VETERINARIA, LO PEOR VALORADO
No solo las cifras de colegiados atendidos en la Comunidad de Madrid reflejan la situación del sector. También la satisfacción media de los veterinarios a nivel europeo subraya la situación que atraviesan estos profesionales, especialmente si hablamos de las clínicas veterinarias independientes.
Entre los aspectos de la profesión veterinaria destacados en el informe está la satisfacción con la profesión, el salario, la calidad de vida, el entorno laboral, la conciliación y la trascendencia de las tareas diarias. La primera de ellas es la mejor valorada por los veterinarios, quienes puntúan la satisfacción con la profesión con siete puntos de media.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con el salario o la conciliación, que obtienen la puntuación más baja. De hecho, el equilibrio entre la vida personal y laboral en las clínicas veterinarias independientes recibe 4,9 puntos, teniendo en cuenta únicamente para esta estadística los países donde la práctica corporativa supone más del 15%, entre los que se incluye España. Además, nuestro país es el segundo que peor valora la conciliación, al que le sigue Polonia y Portugal.
¿CÓMO ATAJAR ESTA SITUACIÓN?
Aunque estos datos muestren una realidad preocupante, la situación puede atajarse con posibles soluciones. Tal y como explicaba Jordi Puig, especialista en Medicina Interna Veterinaria, en una entrevista en Animalcare, “se deberían implementar herramientas que ayuden a los profesionales a evitar ciertas conductas agresivas a las que están expuestos algunos veterinarios”, a lo que añade y concluye, “la importancia de implementar estrategias para saber qué está pasando y qué puedo hacer para resolverlo”.