La formación veterinaria en España goza de un nivel destacado tanto a nivel europeo como internacional. Así lo afirma Gonzalo Fernández, decano de la Facultad de Veterinaria de Lugo de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) en una entrevista para AnimalCare. “Casi todas las universidades públicas están acreditadas por la Agencia Europea, lo que garantiza estándares internacionales y reconocimiento de los títulos, no solo en Europa, sino en el resto del mundo”, afirma Fernández.
Sin embargo, el sector enfrenta algunos retos. Una de las principales demandas es la ampliación de la duración del Grado en Veterinaria, que actualmente es de cinco años en España, en comparación con los cinco años y medio o seis en la mayoría de los países europeos. “España y Grecia son los únicos que se mantienen en cinco años, pero la complejidad de la docencia veterinaria exige más tiempo”, explica Fernández. Además de abarcar múltiples especies animales con anatomías y patologías diferentes, los estudiantes deben formarse en áreas como higiene e inspección de alimentos, producción y bienestar animal, y todas las nuevas demandas sociales.
"Si no aumentamos la duración, será muy difícil mantener el estatus europeo"
El decano subraya la importancia de esta ampliación para seguir cumpliendo con los estándares europeos: “Si no aumentamos la duración, será muy difícil mantener el estatus europeo. Además, muchos alumnos ya necesitan más tiempo para realizar las actividades formativas necesarias, incluyendo prácticas extracurriculares que resultan cada vez es más frecuente que los estudiantes las completen”. Fernández destaca que este cambio no solo incrementaría las materias teóricas, sino también el tiempo dedicado a estancias en empresas, permitiendo a los estudiantes explorar diferentes áreas profesionales.
Otro aspecto clave es la regulación de las especializaciones en veterinaria. Aunque en Europa existe una diplomatura especializada reconocida, en España no está integrada oficialmente en el sistema educativo. “Somos reconocidos como una profesión sanitaria, pero no tenemos regulación sobre la especialización como en otras profesiones de la salud”, lamenta Fernández. Actualmente, organismos como la Organización Colegial Veterinaria (OCV) trabajan en colaboración con las universidades para crear especializaciones intermedias en áreas como clínica de pequeños animales.
MÁS INSERCIÓN LABORAL Y GRANDES AVANCES TECNOLÓGICOS
La inserción laboral es otro de los puntos fuertes de la carrera veterinaria en España. “Ahora mismo, los alumnos están en un momento muy bueno porque no es difícil encontrar trabajo”, asegura el decano. Sin embargo, señala un desequilibrio en las preferencias profesionales: mientras que hay una alta demanda de especialistas en animales de compañía, el deseo por dedicarse a la producción animal es menos frecuente. “Esto resulta especialmente preocupante dado que se están ofertando muchas plazas en este ámbito debido a un alto número de jubilaciones en los próximos años”.
El decano destaca que la ampliación del grado a seis años podría ayudar a equilibrar estas diferencias al exponer a los estudiantes a un abanico más amplio de oportunidades profesionales. “Las estancias en empresas permiten a los alumnos conocer áreas que quizá no habían considerado al inicio de la carrera”, explica. Según Fernández, este tipo de prácticas son esenciales para que los futuros veterinarios se formen en sectores menos conocidos pero igualmente necesarios, como la producción animal.
La evolución de la formación veterinaria también responde a los avances tecnológicos y científicos en la profesión. “Cuando yo estudié, un ecógrafo era algo novedoso. Hoy en día, hablamos de TAC, cirugías complejas y técnicas diagnósticas avanzadas”, señala Fernández. Este progreso ha hecho que el trabajo del veterinario sea cada vez más especializado, lo que requiere una preparación más exhaustiva.
“Nuestra responsabilidad es formar a los alumnos para responder a las necesidades sociales"
Finalmente, el decano recalca que mantener el nivel actual de la formación veterinaria en España no solo es importante para la profesión, sino también para ofrecer un mejor servicio a la sociedad. “Nuestra responsabilidad es formar a los alumnos para responder a las necesidades sociales en temas como patología clínica, diagnóstico avanzado o bienestar animal”, concluye Fernández, confiado en que las universidades públicas darán los pasos necesarios para garantizar un futuro prometedor para la veterinaria en España.