Las percepciones de los tutores de perros y de los profesionales veterinarios pueden influir en la atención sanitaria preventiva y el tratamiento de patologías, especialmente en la etapa de la tercera edad, cuando las enfermedades crónicas se vuelven más comunes. Investigaciones anteriores indican que, a partir de los seis años, muchos dueños consideran a sus perros como mayores, lo que coincide con el inicio del deterioro cognitivo, sensorial y físico. Sin embargo, la falta de atención médica para los perros mayores es un problema de bienestar significativo.
Con una participación de entre el 30 y el 40% de perros de edad avanzada, la Universidad de Liverpool ha realizado una investigación acerca de la percepción de los tutores de perros en edades avanzadas. Este estudio reveló que solo el 23% de los perros reciben refuerzos anuales regulares, y las consultas veterinarias suelen centrarse principalmente en problemas físicos actuales, con poca discusión sobre la atención preventiva de enfermedades asociadas a la edad.
La mayoría de los tutores creían que sus perros mayores "sanos", es decir, de más de siete años y sin enfermedades deberían visitar al veterinario una vez al año
En esta investigación se observaron diferencias significativas entre las percepciones de los propietarios de canes mayores y los profesionales veterinarios. Mientras que la mayoría de los tutores creían que sus perros mayores "sanos", es decir, de más de siete años y sin enfermedades deberían visitar al veterinario una vez al año, los veterinarios, en concreto un 73% de los que han participado, recomendaban “revisiones cada seis meses”.
En cuanto a la vacunación, casi todos los profesionales veterinarios (92%) creían que los canes mayores o geriátricos deberían recibir vacunas anuales. Sin embargo, el 28% de los perros de todas las edades no fueron vacunados el año anterior y, de ellos, el 33% no creía que los perros mayores necesitaran vacunas.
Asimismo, los tres signos clínicos más comunes comunicados por los propietarios que participaron en este estudio fueron la disminución del ritmo al caminar (57%), el sarro dental (53%) y la rigidez al levantarse (50%). Los propietarios percibieron que la urgencia por buscar atención veterinaria era menor si habían experimentado el signo clínico antes.
Sin embargo, el estudio también destacó la necesidad de una educación más efectiva tanto para los propietarios como para los profesionales veterinarios sobre los signos de envejecimiento y los problemas de salud comunes en los perros mayores.
En definitiva, el estudio destaca la necesidad de mejorar la atención médica y la conciencia sobre el envejecimiento de los perros, concretamente en Reino Unido, pero también en el resto del mundo. Esto incluye la implementación de programas de atención preventiva, una mayor disponibilidad de clínicas de bienestar para personas mayores y una comunicación más efectiva entre propietarios y profesionales veterinarios.