El tratamiento de la diabetes tipo 1 en perros se basa en inyecciones de insulina dos veces al día, que se controlan mediante mediciones espaciales de glucosa en sangre. Sin embargo, este tratamiento exige más implicación en los tutores, así como más molestia en los animales, además de probabilidades de sufrir episodios de hipoglucemia lo que genera la necesidad de recurrir a nuevas estrategias de tratamiento.
Esta patología tiene una frecuencia aproximada del 3%, siendo una afección común en mascotas, con una prevalencia en hospitales veterinarios que oscila entre el 0,4% y el 1,2% en perros y gatos. Debido a la incapacidad de las células beta para producir insulina en los perros con diabetes, estos muestran síntomas como aumento de la sed, micción frecuente, aumento del apetito y presencia de glucosa en la orina cuando los niveles de glucosa en sangre superan los 11,0 mmol/L.
Una encuesta reveló que el 20% de los propietarios optaron por la eutanasia dos años después del diagnóstico
Otros síntomas incluyen debilidad, depresión, vómitos, deshidratación y desarrollo de cataratas. La cetoacidosis diabética y la hipoglucemia (como resultado del tratamiento) son complicaciones potencialmente mortales. Una encuesta reveló que el 20% de los propietarios optaron por la eutanasia dos años después del diagnóstico, con el 50% de ellos ya habiendo considerado esta opción en el momento del diagnóstico.
El precio, el bienestar de la mascota y el impacto en la vida del propietario fueron algunas de las razones que motivaron a los propietarios a elegir la eutanasia, así como las enfermedades concurrentes. Esta encuesta, que contó con la participación de más de mil veterinarios, resalta la necesidad de encontrar opciones de tratamiento más sostenibles.
Como alternativa al único tratamiento hasta ahora disponible para estos pacientes, investigadores de la Universidad de Utrecht y la Universidad Lusofana de Brasil, han estudiado la eficacia de las células en el tratamiento de la diabetes. En concreto han investigado las células madre embrionarias (ESC) y las células madre pluripotentes inducidas (iPCS), que pueden usarse para generar células.
Según los principales hallazgos, se ha demostrado que esta forma de medicina regenerativa tienen capacidad para diferenciarse de células similares a las productoras de insulina. Los primeros descubrimientos se dieron en humanos, pero muy pronto se hallaron buenos resultados que podrían considerar efectiva esta terapia celular en pacientes diabéticos caninos.
Los expertos dudan de su puesta en marcha por el coste que ello supone
Sin embargo, los investigadores aseguran que aún falta por estudiar según los pros y los contras que ofrecen estas terapias. Aunque el tratamiento resulte más cómodo y suponga menos riesgos, los expertos dudan de su puesta en marcha por el coste que ello supone. Además, sugieren que estas terapias requieren dispositivos que sean biocompatibles así como una formación regulada para desarrollar estas terapias.
Los investigadores aún no pueden afirmar si estas células madre serán utilizadas en la clínica veterinaria. La implementación más próxima a lo clínico parece ser la combinación de monitorización continua de glucosa en sangre con sistemas de infusión de insulina, lo cual promete mejorar significativamente la calidad de vida.
Las terapias basadas en células madre ofrecen la ventaja de adquirir células de donantes de manera más sencilla en comparación con la reprogramación, aunque enfrentan el desafío del trastorno autoinmune asociado con la diabetes tipo 1. Es crucial desarrollar dispositivos que mitiguen la respuesta autoinmune para avanzar en la aplicación clínica de estas terapias celulares, concluyen los expertos.