La situación del oso polar es crítica: “El tiempo que pasan en tierra firme cada vez es más largo”

Aunque el número de ejemplares del oso polar en el mundo pueda parecer elevado, lo cierto es que el deshielo y la intervención humana conllevan cada vez más riesgo para la conservación de la especie

Oso polar. (Foto: UICN/Andrew E. Derocher)
Oso polar. (Foto: UICN/Andrew E. Derocher)
Itziar Pintado
28 febrero 2024 | 13:30 h
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Las poblaciones de oso polar están en declive. El cambio climático y la intervención del hombre en algunos de sus hábitats está beneficiando la pérdida de la especie a pasos agigantados. Así lo confirma la ‘Lista Roja de especies amenazadas’, elaborada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), que cataloga al oso polar en un estado de conservación vulnerable.

“Podríamos pensar que, por tener entre 22.000 y 31.000 ejemplares en el mundo, la especie no está tan mal”, explica Laura Moreno, responsable del programa de especies de WWF en una entrevista a Animalcare, con motivo del Día Mundial del oso polar. Pero esto no es así. Aunque el oso polar supere en número de ejemplares a otras especies, lo cierto es que su situación sí corre peligro a causa del deshielo, el furtivismo o la extracción de petróleo, entre otros factores.

En concreto es el deshielo una de las principales razones de estas pérdidas. En el Ártico, todos los ejemplares de osos polares dependen del hielo marino, que cada vez aparece más tarde en otoño y se derrite antes con el adelanto de la primavera. “Viven en el hielo y lo utilizan para cazar focas, que es su principal presa”, indica Moreno. Pero ahora, los osos polares tienen que buscar otros recursos para alimentarse. “El tiempo que pasan en tierra firme, sin hielo, cada vez es más largo”, añade, donde se alimentan de carroña y no pueden cazar focas.

Esta situación afecta principalmente a su composición corporal. “Tienen pérdidas de masa corporal bastante notables”, afirma la experta. Este mal estado en el que se conserva la especie, algunos de ellos con pesos mucho más bajos de lo normal, da indicios de una posible extinción si la situación continúa.

"Existe una alta probabilidad de que la población global de osos polares disminuya en más del 30% en los próximos 35 a 40 años"

Esto no es solo una deducción. Varios estudios ya han evaluado la situación del oso polar en el Ártico y han confirmado lo que podría ocurrir en los próximos años. La UICN ha realizado una evaluación en los últimos años, la más completa realizada hasta la fecha, para confirmar la vulnerabilidad del oso polar. “Los resultados muestran que existe una alta probabilidad de que la población global de osos polares disminuya en más del 30% en los próximos 35 a 40 años”, señalan los expertos.

Además, otros estudios recientes han confirmado la reducción del hielo en el océano Ártico. La mayoría de modelos climáticos han previsto un deshielo mucho más lento de cómo realmente se está produciendo. La cobertura del hielo en esta zona se ha reducido de forma lineal en un 14% por decenio entre 1979 y 2011. Esta situación provocaría, como informa la UICN, un periodo anual de cinco meses o más libres de hielo que provocará el ayuno prolongado de la especie. Este resultado se traduce a una menor reproducción y como consecuencia la extinción de la especie.

FURTIVISMO Y EXTRACCIÓN DE PETRÓLEO

“Las zonas por las que antes no se podía navegar porque estaban heladas, ahora tienen tráfico de buques”,  señala Moreno. Esto no solo implica una mayor intervención del hombre donde antes la mayoría eran osos polares, sino también zonas en riesgo por razones como la extracción de petróleo. “Con el paso de los buques puede haber más riesgo de derrames de petróleo”, insiste.

Esta situación genera más oportunidades para el desarrollo humano. En concreto, el negocio del gas y del petróleo es cada vez mayor con la retirada del hielo. “Un derrame de petróleo afectaría a toda la cadena alimentaria, a lo que se suma el ruido generado por las operaciones petroleras, así como el aumento de la navegación en el Ártico, que molesta a las poblaciones”, explica WWF.

“Lo mejor sería establecer medidas preventivas y de coexistencia”

A esto se suma el furtivismo que, aunque esté desapareciendo gracias al Acuerdo Internacional para la Conservación del Oso Polar, aún sigue habiendo carencias en su regulación en algunos países. “Lo mejor sería establecer medidas preventivas y de coexistencia”, puntualiza Moreno, y por ello habría que trabajar en las zonas donde pueden entrar en contacto con los humanos, para hacer compatible la vida de los osos polares en estas zonas. “Aunque la mejor protección sería luchar contra el cambio climático”, concluye la experta, para lo que se propone, por ejemplo, eficiencia energética y un transporte sostenible.

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