El equipo de Sanidad Animal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) revela la baja incidencia de aves migratorias infectadas por garrapatas. Esta baja afectación de aves parasitadas contribuye a mitigar el riesgo de transmisión de enfermedades como la borreliosis de Lyme. En concreto, de 1.698 ejemplares estudiados, solo un 2,5% portaban garrapatas y únicamente uno de estos parásitos estaba infectado por un organismo patógeno.
El Serida, centro adscrito a la Consejería de Ciencia, mantiene una línea de investigación en vectores y las enfermedades que trasmiten desde 2010. “Es un trabajo muy importante, ya que este tipo de enfermedades se comparten entre los animales y los hombres”, explica el investigador del área de Sanidad Animal, Alberto Espí. Por este motivo, el departamento colabora con las direcciones generales de Ganadería y de Salud Pública, bajo la estrategia conjunta denominada ‘Una sola salud’.
“Es importante conocer el porcentaje de aves parasitadas por garrapatas en los diferentes países que se encuentran en sus rutas migratorias, las especies observadas de aves y garrapatas, y si transportan microorganismos causantes de enfermedades”
Las garrapatas poseen una capacidad limitada para moverse, algo que no ocurre con los animales a los que parasitan, especialmente las aves migratorias, que recorren grandes distancias. Por esto, asegura el investigador, “es importante conocer el porcentaje de aves parasitadas por garrapatas en los diferentes países que se encuentran en sus rutas migratorias, las especies observadas de aves y garrapatas, y si transportan microorganismos causantes de enfermedades”.
“Hemos aprovechado el trabajo habitual de este grupo para examinar durante dos años las aves anilladas, tanto en zonas de estuarios como en áreas boscosas, y recoger las garrapatas que pudieran portar”
Para llevar a cabo esta investigación, además del equipo de Sanidad Animal, formado por Alberto Espí, Ana del Cerro y Aitor Somoano, se ha contado con la participación del Grupo Ibérico de Anillamiento Asturias-Torquilla. “Hemos aprovechado el trabajo habitual de este grupo para examinar durante dos años las aves anilladas, tanto en zonas de estuarios como en áreas boscosas, y recoger las garrapatas que pudieran portar”, señala Espí, que también destaca que en las zonas forestales hay mayor porcentaje de aves infectadas que en los estuarios.
Este estudio, recogido en la revista ‘Zoonotic Diseases’ permite completar otras investigaciones previas realizadas en animales domésticos y salvajes de Asturias, comunidad que presenta mayor número de hospitalizaciones por enfermedad de Lyme en España.