La leishmaniosis es una enfermedad que preocupa mucho cuando tienes una mascota, pues es la segunda más importante después de la malaria. En perros y gatos es bastante común, ya que cuando el mosquito que la tiene, al picar a nuestra mascota, hace que enferme.
El ambiente es el máximo responsable, y al pasear a nuestro perro por lugares de riesgo, le exponemos a una posible picadura. Por ello se recomienda evitar dar paseos por zonas donde hay mucho césped y sean húmedas.
Además, para prevenir la posible picadura, la mejor solución es utilizar insecticidas y collares que protejan a nuestro peludo.
DETECCIÓN
“Las manifestaciones clínicas de la leishmaniosis en mascotas aparecen de forma lenta y progresiva, por lo que la enfermedad puede pasar desapercibida en sus fases iniciales. Entre los síntomas más comúnmente identificados por los cuidadores se encuentran la pérdida de apetito, los problemas dermatológicos, las cojeras e incluso diarrea”, comenta Carmen Pérez Ruiz, veterinaria de AniCura.
Un caso concreto que AniCura ha tratado con éxito, es el de un cachorro de cinco meses de edad en el que su cuidadora percibió varios nódulos cercanos a la zona de la nariz y los ojos. En este caso, desde el centro se realizaron dos pruebas: una punción aspirativa con aguja fina y una biopsia.
En los resultados de las dos pruebas se observó la presencia de este parásito, lo que llevó a establecer un tratamiento adecuando que disminuyó significativamente las lesiones en la piel.
Este caso demuestra la importancia de una detección temprana, ya que tanto la rapidez del diagnóstico como la aplicación del tratamiento, evitaron consecuencias graves.
Asimismo, una vez el paciente haya superado la enfermedad, es importante seguir protegiéndolo con repelentes y fortaleciendo su inmunidad, pues seguirá siendo susceptible de volver a infectarse.