La presencia de gatos domésticos en hábitats naturales, sin depredadores naturales y con un comportamiento que abarca grandes extensiones, supone un riesgo para la biodiversidad, especialmente en áreas con especies protegidas o en peligro de extinción, donde se están invirtiendo recursos económicos y humanos para su recuperación. Estos animales son responsables de al menos un 14% de las extinciones mundiales de aves, mamíferos y reptiles.
En España, el impacto de esta especie en la biodiversidad se ha estudiado especialmente en Canarias y Baleares y, hasta ahora, solo un estudio ha evaluado a los gatos. Publicado en la revista internacional 'Applied Animal Behaviour Science', el informe ha evidenciado la presencia de felinos domésticos en entornos naturales, cada vez más abundante, y la amenaza que esto supone para el resto de especies.
A pesar de que todo apunta a un riesgo creciente, los investigadores critican la actitud del Gobierno, que dio luz verde en 2023 a la ley de bienestar animal que protege y apoya a las colonias de gatos callejeros y prohíbe su eliminación. Según explican, las autoridades “no contaron con el apoyo de un gran número de investigadores y conservacionistas españoles con más llamamientos para reducir humanamente el número de gatos callejeros”.
La investigación que confirma este impacto contra la biodiversidad se llevó a cabo en siete sitios de estudio que abarcaban una amplia variedad de ambientes. Se realizaron censos de fauna silvestre y foto-trampeo para detectar la presencia de gatos domésticos y otras especies, seguido de la captura autorizada de gatos con dispositivos GPS para analizar sus territorios y movimientos.
"Es posible que solo estemos viendo la punta del iceberg, dado que España cuenta con una superficie en Red Natura de unos 138.000 km2 y tenemos una población de gatos censados de alrededor de seis millones"
“Los resultados son muy alarmantes porque en todos los casos se detectaron gatos dentro de las zonas protegidas”, explica el coautor del estudio, Carlos Lázaro. “Además, es posible que solo estemos viendo la punta del iceberg, dado que España cuenta con una superficie en Red Natura de unos 138.000 km2 y tenemos una población de gatos censados de alrededor de seis millones”, añade.
Entre los resultados, se encontraron gatos en todos los lugares de estudio, compartiendo espacio con especies susceptibles de depredación, incluyendo aves en peligro de extinción. Además, se detectaron gatos domésticos en áreas habitadas por lince ibérico y gato montés, lo que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades.
Durante el estudio, se capturaron 15 gatos para análisis biológicos. Aunque dieron negativo para leucemia felina, inmunodeficiencia felina y Covid-19, se detectaron calcivirus felino en el 78%, parvovirus felino en el 50% y herpesvirus-1 felino en el 36% de los gatos analizados.
Asimismo, cinco de los 15 gatos capturados no tenían el microchip obligatorio según la normativa vigente en Castilla-La Mancha. A estos se les colocó un dispositivo GPS y fueron liberados en cuatro lugares de estudio para estudiar sus movimientos. Los gatos se desplazaron sin restricciones, abarcando territorios de tamaños variables, desde menos de cinco hectáreas en paisajes agrícolas hasta más de 150 hectáreas en un gato capturado en un humedal.
“Es muy grave que se estén haciendo grandes esfuerzos económicos y humanos para la conservación de especies como la cerceta pardilla, el lince ibérico y las aves esteparias, pero al mismo tiempo no se ponga solución a un problema que afecta directamente a estos proyectos y que se ha visto agravado por la entrada en vigor de la Ley de bienestar animal”, explica Lázaro. “Las administraciones competentes deben entender que los gatos domésticos son una amenaza para la biodiversidad y no pueden ser considerados como especies protegidas”, concluye.