El ecosistema marino del Ártico está sufriendo rápidas disminuciones en extensión y espesor del hielo marino. En estos espacios, los osos polares son superdepredadores que utilizan el hielo marino como plataforma para cazar, esencial en su supervivencia. Sin embargo, la influencia del calentamiento está facilitando el deshielo de algunas áreas del Ártico, lo que se traduce en un mayor riesgo de morir de hambre para los osos polares.
Esta es la conclusión de un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Washington State y publicado en la revista ‘Nature Communications’. Se recopilaron datos de osos polares capturados en tierra en el Parque Nacional Wapusk, en Manitoba. Los investigadores tomaron muestras de osos durante un mes, clasificando a los adultos de más de 5 años y a los subadultos como osos independientes que tenían entre 2 y 4 años.
Los osos polares machos adultos pueden alcanzar 3,3 metros de largo y pesar 680 kilos, comparados con los 2,7 metros y 360 kilos de los osos pardos. Para mantener esa gran masa, los osos polares dependen de la grasa de las focas, rica en energía, que capturan mejor en áreas donde hay hielo.
Los expertos han estudiado la adaptación de los osos polares en estos climas adversos y han confirmado que su supervivencia se debe a temporadas más largas sin hielo debido al calentamiento global actuando como los osos pardos, es decir, descansando y comiendo alimentos de tierra firme. Para llevar a cabo este estudio, los investigadores realizaron un seguimiento durante tres semanas de verano a 20 osos polares.
La gran mayoría perdieron peso rápidamente, una media de un kilo por día
De esta forma, comprobaron cómo los osos utilizaban diversas estrategias para mantener su energía, entre las que se incluyen el descanso, la recolección de basura y la búsqueda de alimento. No obstante, la gran mayoría perdieron peso rápidamente, una media de un kilo por día.
En esta investigación, los expertos encontraron un rango cinco veces mayor en el gasto de energía desde un hombre adulto que descansaba el 98% del tiempo hasta el más activo que recorría 330 kilómetros. Algunas hembras pasaban hasta el 40% de su tiempo cazando para encontrar comida. Aunque los alimentos extraídos fuera de su zona de hielo les dieron algún beneficio energético, los osos gastaron más energía para acceder a estos recursos.
El estudio se basó en la extensión más meridional de la zona de distribución de los osos polares en el oeste de la Bahía de Hudson, donde el calentamiento climático podría estar afectando a los osos a un ritmo más rápido que en otras regiones. La población de osos polares de esta zona ha disminuido un 30% desde 1987. Este estudio sugiere que los osos polares en el Ártico tienen riesgo de morir de hambre a medida que avanza el período de deshielo.
Por otro lado, los investigadores aseguran que como los osos polares se ven obligados a llegar antes a tierra, se reduce el período en el que normalmente adquieren la mayor parte de la energía que necesitan para sobrevivir. Todo ello lleva a pensar que veranos más largos pondrán en peligro a esta especie.