Los parásitos son una de las mayores amenazas para la salud de las mascotas. Las pulgas, las garrapatas, los ácaros o los gusanos pueden ocasionar graves problemas en los animales, desde molestias y enfermedades o incluso desenlaces fatales como la muerte. Además, algunos de estos parásitos y las patologías que provocan son zoonóticos, es decir, transmisibles a las personas.
Por todo ello, el control de los parásitos es una pieza clave de la atención veterinaria y una responsabilidad para los dueños de las mascotas. Sin embargo, la incidencia de las infestaciones parasitarias está en aumento y causa de ello son los movimientos transfronterizos, el cambio climático y la globalización, según apuntan desde Animal Health Europe.
Se recomienda realizar un control de salud anual para la revisión parasitaria de las mascotas
Los datos de la Unión Europea reflejan que hay más de 230 millones de perros y gatos en Europa. A este contexto, hay que sumarle que se ha registrado una expansión de las zonas endémicas por la propagación geográfica de los parásitos. Frente a esta realidad, conviene aplicar los métodos de prevención de parásitos estipulados por el Consejo Científico Europeo para los Parásitos de los Animales de Compañía (ESCCAP). De lo contrario, tanto la salud humana como la animal podrían estar comprometidas.
MEDIDAS HIGIÉNICAS
Una buena higiene es fundamental para reducir las posibilidades de transmisión de parásitos y patógenos. Para cumplir con una higiene adecuada, se recomienda realizar un control de salud anual para la revisión parasitaria de las mascotas; también recoger las heces de las calles y jardines, teniendo en cuenta que no pueden ser considerados como abono ni tampoco como fertilizante para cultivos; cubrir los areneros cuando no estén siendo utilizados; alimentar a las mascotas con dietas que no sean ricas en carne cruda sin procesar; garantizarles agua fresca; y, por supuesto, practicar el lavado de manos y fomentarlo entre la población infantil.
El uso de productos destinados a prevenir a los parásitos permite evitar y controlar las infecciones causadas por los parásitos intestinales, pulgas, garrapatas o dirofilariosis, entre otras. Serán los veterinarios quienes recomienden los productos y los planes específicos para las mascotas, de acuerdo al nivel de riesgo de infección de cada una de ellas. Estos productos pueden encontrarse en las clínicas veterinarias, farmacias y en las distintas tiendas de animales.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Gracias a las pruebas de diagnóstico, es posible determinar el estado de salud de cada mascota, también en relación a las infestaciones parasitarias o las enfermedades que estas provocan. Además, permite a los veterinarios planificar una estrategia de control y analizar con el paso del tiempo si dicho plan está funcionando. Dos de las pruebas diagnósticas más realizadas son los análisis de sangre, capaces de detectar parásitos con capacidad letal como el gusano del corazón, o el examen fecal, que son pruebas microscópicas, de antígenos o de ADN de las heces del animal que pueden diagnosticar parásitos transmisibles a humanos como la Giardia, anquilostomas, ascárides y tenias.
"Muchos dueños de mascotas no cumplen con las prácticas de prevención recomendadas por los veterinarios"
Desde Animal Health Europe indican que “cada dueño de mascota requerirá su propia combinación de acciones para abordar el riesgo único de parásitos para su animal”. Destacan estos tres métodos de control parasitario como protagonistas en la estrategia, aunque siempre bajo la consulta de un profesional veterinario. No obstante, subrayan que “algunas encuestas muestran que los dueños de mascotas no son plenamente conscientes del riesgo que suponen los parásitos para sus animales y para ellos mismos. Y muchos no cumplen con las prácticas de prevención recomendadas por los veterinarios”.
En España, un estudio reciente ha encontrado que el 95% de los perros y el 39% de los gatos “se desparasitan con menos frecuencia de los recomendado”. En vistas a esta situación, la entidad reivindica la necesidad de una mayor concienciación social al respecto, con una mejor comunicación a los dueños de las mascotas y una sensibilización desde los veterinarios e instituciones.