La oruga procesionaria se adelanta este 2025: “Puede producir mutilaciones en la lengua del animal”

El veterinario Pelayo Vázquez nos cuenta los riesgos a los que se exponen los perros por el contacto con la oruga procesionaria

Pelayo Vázquez, director médico de AniCura Buenavista Hospital Veterinario, nos habla del peligro de la oruga procesionaria. (Foto: Cedida/Montaje AnimalCare)
Pelayo Vázquez, director médico de AniCura Buenavista Hospital Veterinario, nos habla del peligro de la oruga procesionaria. (Foto: Cedida/Montaje AnimalCare)
Itziar Pintado
6 marzo 2025 | 12:00 h
Archivado en:

La llegada de la oruga ‘procesionaria del pino’ se ha adelantado nuevamente este año, como ya ocurrió en 2024. La plaga de este insecto afecta especialmente a los perros, debido al contacto con sus pelos en forma de arpón que pueden generar una reacción alérgica y, en el peor de los casos, hasta la muerte por intoxicación. De hecho, es una especie que también daña la salud del ser humano, afectando en torno al 12% de las personas que viven en zonas rurales.

La procesionaria se extiende por todo el territorio peninsular y por Baleares, y suele aparecer en torno al mes de marzo. Aunque desde febrero de este 2025 ya se han visto algunas especies en zonas de pinares, e incluso en otras zonas donde hay cedros y abetos, que también pueden verse afectados. Esta especie está catalogada como “peligrosa para el hombre y muy tóxica para los animales domésticos”, según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA).

"Puede afectar por vía aérea si el insecto se somete a estrés, dispersando las espículas hacia ojos, piel y otras zonas"

"En principio, el efecto tóxico de la oruga procesionaria se produce por contacto, pero también puede afectar por vía aérea si el insecto se somete a estrés, dispersando las espículas hacia ojos, piel y otras zonas", explica Pelayo Vázquez, director médico de AniCura Buenavista Hospital Veterinario en una entrevista para AnimalCare. Aunque la vía más común de intoxicación es el contacto directo, los casos más graves suelen ocurrir cuando los perros ingieren o mastican la oruga.

AniCura Oruga procesionaria

En este sentido, las lesiones más habituales se encuentran en la cavidad oral, labios y, sobre todo, en la lengua. "Fundamentalmente, lo más llamativo son las mutilaciones que llega a producir en la lengua debido a la acción vascular de la toxina que llevan las espículas de la oruga", advierte el veterinario. En algunos casos, las lesiones pueden ser tan severas que los animales quedan sin lengua, lo que los obliga a alimentarse y beber agua con ayuda de una jeringa de por vida.

Sin embargo, los daños no se limitan a la boca. De hecho, los ojos también pueden verse gravemente afectados. "Las lesiones oculares son muy típicas, con úlceras en la córnea en forma de medialuna y una reacción inflamatoria muy potente en el ojo llamada uveítis asociada", señala Vázquez.

El especialista recalca que estos accidentes son "muy frecuentes", ya que los perros, por curiosidad, pueden acercarse a las orugas cuando pasean en áreas de pinos. "Siempre recomendamos que, en zonas donde hay orugas, los animales vayan con correa y bajo estricta vigilancia, ya que el contacto puede ser muy peligroso", enfatiza.

¿CÓMO ACTUAR A TIEMPO?

Ante una exposición a la oruga procesionaria, la acción inmediata es clave. "Hay que lavar la zona afectada con irrigación abundante, incluso con una manguera, para eliminar la mayor cantidad posible de toxina. Luego, acudir rápidamente a un centro veterinario, donde aplicaremos tratamiento antiinflamatorio potente para minimizar los efectos necróticos", explica Vázquez. Cuanto antes se actúe, menores serán las consecuencias.

"Si en tu jardín o en zonas públicas hay nidos de procesionaria, es recomendable colocar trampas alrededor de los pinos para capturarlas al descender y poder eliminar el mayor número posible”

Además de la prevención en paseos, el veterinario recomienda medidas en entornos urbanos y privados. "Si en tu jardín o en zonas públicas hay nidos de procesionaria, es recomendable colocar trampas alrededor de los pinos para capturarlas al descender y poder eliminar el mayor número posible”, comenta el profesional.

Por último, también es importante “evitar manipularlas o incinerarlas, ya que sus espículas pueden liberarse al aire y causar daños oculares", concluye. En caso de síntomas como salivación excesiva, nerviosismo o incomodidad en la boca tras un paseo por zonas con pinos, la mejor opción es acudir de inmediato al veterinario.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.