Utilizar la pirotecnia como símbolo de celebración es muy frecuente. Aún más si se trata de la época navideña, momento del año en el que es muy común ver fuegos artificiales en muchas ciudades. Sin embargo, estos espectáculos de luces y sonidos pueden tener un impacto significativo en la salud de los animales.
Como explica Ángela Martínez de Quel, veterinaria especialista en medicina felina e interna en AniCura Albeitar Hospital Veterinario, en una entrevista para AnimalCare, el oído de los animales es mucho más sensible que el de los humanos. “Por poner un dato, los animales pueden escuchar frecuencias de hasta mil hercios, mientras que nosotros dejamos de percibir sonidos a partir de veinte mil”.
Esta sensibilidad convierte el ruido de los fuegos artificiales en un problema para ellos. De hecho, la veterinaria asegura que es “ensordecedor, perturbador y bastante grave en algunos casos”. Además, puede causar pérdida de audición, timitus (zumbidos internos) e incluso daños auditivos permanentes.
Los efectos negativos no se limitan al oído. Según la especialista, la pirotecnia también libera sustancias tóxicas que pueden afectar a animales con problemas respiratorios, como el asma. Además, existe el riesgo de quemaduras y lesiones físicas si los animales entran en contacto directo con los restos que se desprenden de la pirotecnia.
Por otro lado, el estrés extremo que experimentan puede desencadenar problemas digestivos, cardíacos, inmunológicos e incluso neurológicos, especialmente en animales con epilepsia u otros trastornos preexistentes. Además, aunque a menudo se piensa en perros y gatos, Martínez de Quel subraya que la pirotecnia afecta a todos los animales, incluidos los que viven en granjas.
“Es fundamental mantenerlos alejados de la calle y en un espacio seguro. Si es necesario salir, deben ir siempre con arnés y microchip para evitar extravíos"
Ante la inevitabilidad de la pirotecnia, la veterinaria ofrece recomendaciones para minimizar el impacto en los animales. “Es fundamental mantenerlos alejados de la calle y en un espacio seguro. Si es necesario salir, deben ir siempre con arnés y microchip para evitar extravíos, ya que es una época en la que se registran muchas pérdidas porque animal huye del miedo”. En casa, aconseja cerrar puertas y ventanas, bajar persianas y crear un refugio cómodo y seguro para ellos.
Martínez de Quel también destaca la importancia del entrenamiento desde cachorros, exponiéndolos gradualmente a sonidos similares a los fuegos artificiales para reducir su sensibilidad. En casos de animales adultos con fobia desarrollada, recomienda consultar al veterinario para considerar medicación calmante u otras estrategias.
“Es crucial no reñirles cuando están aterrados. Ellos no entienden lo que ocurre y solo se consigue empeorar la situación”, insiste. En su lugar, propone distraerlos con juegos, comida o la presencia del tutor, siempre que no estén demasiado alterados para aceptarlo.
“UNA MASCOTA NO ES UN CAPRICHO”
Aprovechando la cercanía de las fiestas, Martínez de Quel hace un llamado a la reflexión sobre la adquisición de animales como regalos navideños. “Una mascota no es un capricho puntual. Incorporarla al núcleo familiar es una decisión que requiere compromiso, tiempo y recursos”, enfatiza, añadiendo que lo ideal sería fomentar la adopción responsable.
Además, concluye, es importante consultar con un especialista antes de adquirir una mascota para elegir una que se adapte al estilo de vida del futuro dueño. “Por ejemplo, a una persona mayor no se le debe regalar un perro que necesite mucha actividad. Es necesario pensar en las necesidades de la mascota y en las capacidades del tutor para ofrecerle una vida plena”.