Los moluscos de río, la especie acuática más afectada por la contaminación por microplásticos

Más del 50% de cada una de las especies analizadas por el proyecto i-plastic han ingerido microplásticos en las desembocaduras de los ríos

El mejillón es una las especies más afectadas por la contaminación de microplásticos. (Foto: Freepik)
El mejillón es una las especies más afectadas por la contaminación de microplásticos. (Foto: Freepik)
28 noviembre 2023 | 13:00 h

Los niveles de contaminación de ríos, mares y océanos han aumentado la necesidad de crear nuevas formas de colaboración para luchar por la vida de las especies acuáticas. Estos seres marinos están contaminados en su mayoría por los microplásticos de las desembocaduras de los ríos al Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. Dentro de estas especies, los moluscos son los más afectados por su capacidad de filtrar el agua. Además, estas zonas de transición entre agua dulce y salada, favorecen la acumulación de estas partículas.

Ante este reto se han desarrollado nuevas oportunidades como el proyecto i-plastic, una iniciativa internacional en la que participa el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), que ha estudiado la presencia de micro y nanoplásticos en los estuarios y sus costas adyacentes. Mediante el control de tres estuarios en España, Portugal y Brasil, se estudiaran las diferentes especies amenazadas, nuevos objetivos y los nanoplásticos que se generan en el proceso de fragmentación de los macroplásticos.

Por ahora, el proyecto ha emitido sus primeras conclusiones acerca de la afectación de estas partículas a la vida acuática. Los primeros resultados de especies de bivalvos han confirmado que el 85% de los mejillones y el 53% de las ostras han ingerido microplásticos. Los peces dependientes del estuario están afectados en un 75% por estas partículas, mientras que en zonas de costa con influencia de la salida de los estuarios, el 86% de la merluza europea y el 85% de la langosta noruega contienen microplásticos en su intestino. En esta línea, los investigadores plantean el riesgo de contaminación por nanoplásticos, que afecta tanto a especies acuáticas de estuarios como de medios marinos.

"Los plásticos de la década de 1960 todavía permanecen en el fondo marino, dejando el rastro de la contaminación humana”

"La contaminación es omnipresente en los estuarios y sus costas adyacentes, en el Mediterráneo y en las zonas tropicales y templadas", explica Patrizia Ziveri, oceanógrafa de la ICTA-UAB y coordinadora del proyecto. Ziveri asegura que la presencia de partículas en los sedimentos ha aumentado en los últimos años al nivel de la producción de plásticos y que, desde el año 2000, los microplásticos acumulados en el fondo marino se han triplicado. Esta contaminación es una amenaza global para todas las especies acuáticas, incluidos los sistemas de arrecifes de coral de las profundidades, ralentizando su crecimiento.

Las plantas de aguas residuales y la contaminación propia de los entornos urbanos favorecen la presencia de microfibras, que se descargan en los estuarios y dan lugar a la contaminación de las zonas acuáticas. La falta de erosión, luz y oxígeno propias del fondo marino dificultan la degradación de estos plásticos que acaba afectando de manera directa a la vida marina. "Los plásticos de la década de 1960 todavía permanecen en el fondo marino, dejando el rastro de la contaminación humana”, señala Michael Grelaud, oceanógrafo de ICTA-UAB y coordinador de este proyecto financiado por JPI-Oceans.

Asimismo, estas partículas pueden dispersarse por el mar a cientos de kilómetros de su lugar de origen en un corto periodo de tiempo, provocando la contaminación del resto de mares y océanos. “Un microplástico del estuario del Ebro en el noroeste del mar Mediterráneo puede llegar a Sicilia en seis meses”, puntualiza Ziveri.

LA BIORREMEDIACIÓN COMO ALTERNATIVA

En la búsqueda de alternativas para paliar los efectos de los contaminantes surge la biorremediación, un método basado en el uso de organismos vivos para retirar las partículas que dañan los entornos marinos. “Los experimentos de laboratorio mostraron que diferentes especies de microbios eliminaron casi el 90 % de los microplásticos de las aguas circundantes”, explica la investigadora y coordinadora del estudio.

En el proyecto i-plastic, los investigadores también han estudiado el uso de biorremediación para limpiar la capa contaminada de los mares y océanos. Este proceso, mediante el uso de algunos contaminantes como el petróleo, favorecen el crecimiento de determinados microbios que usan las partículas presentes en el mar como fuente de alimento y energía. La biorremediación permite que estos microbios crezcan, se multipliquen y absorban más contaminantes.

Sin embargo, aunque este procedimiento está ganando terreno en el desarrollo de estrategias para mejorar la calidad del agua y la vida de las especies marinas, todavía se sabe poco sobre métodos realmente efectivos. Por ahora, el estudio de i-plastic eliminó el 98% de las partículas mediante biorremediación aplicada a tres tipos de microplásticos contaminantes, aunque todavía queda una larga investigación en este ámbito.

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