La cocina de Bioparc Fuengirola trabajará durante los próximos días para elaborar las recetas más adecuadas para los animales en los meses de invierno. Verduras y frutas son algunos de los ingredientes que incluirán estos menús. El cambio de estación obliga a modificar la alimentación en este centro de conservación para ofrecer mayor aporte calórico y vitamínico a sus comidas.
Los responsables de Zoología trabajan para asegurar el bienestar de todas las especies del centro durante todo el año. Los cuidados son personalizados a la especie y las condiciones climatológicas que se den. Por este motivo, la modificación de las dietas comenzará de cara a los próximos meses.
Parte de la actividad diaria del equipo es conocer, en todo momento, cuáles son las necesidades alimentarias de cada uno de los animales y establecer así una pauta u otra a la hora de elaborar sus dietas. No solo una buena dieta es clave para mantener su salud, sino también para protegerse del fío o del cambio de las temperaturas en general.
Todos estos cambios se realizan bajo un protocolo alimentario y directrices internacionales establecidas en los diferentes programas de conservación
Las verduras y las frutas se sirven enteras, con diferentes cortes o, en el caso de la verdura, hervidas, dependiendo de las necesidades de cada animal. Todos estos cambios se realizan bajo un protocolo alimentario y directrices internacionales establecidas en los diferentes programas de conservación en los que participar y coordina la EAZA.
En el caso de los lémures, su dieta no cuenta con ningún tipo de fruta o verdura que contenga vitamina C, ya que tienden a acumular hierro y ello provoca daños en sus órganos. Los tigres de Sumatra basan su alimentación en carne de pollo o ternera. Primates como los gorilas y orangutanes, consumen más de cinco kilos de verduras al día.
A las garantías en la alimentación se suma la vigilancia de los cuidadores para garantizar que las necesidades de cada animal se cumplen. Ellos son los encargados de garantizar que los platos lleguen a los animales y que, si es necesario, se cubran las necesidades con enriquecimientos como, los aportes extras que se realizan en invierno.
Si no se mantiene una dieta equilibrada, estos animales podrían sufrir graves enfermedades como, por ejemplo, diabetes, patologías cardiovasculares, problemas dentales, dificultades en la reproducción e incluso malformaciones durante el crecimiento de las crías. También podría provocar cáncer e incluso la propia muerte del animal.