Un estudio ha revelado que el lince ibérico también puede infectarse por el virus de la Covid-19. En esta investigación, recientemente publicada en la revista Veterinary Microbiology, colaboraron el Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis (GISAZ) de la Universidad de Córdoba y el Grupo de Virología Clínica y Zoonosis del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), junto con investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, el Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA) y varias instituciones dedicadas a la conservación de la especie.
Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores utilizaron muestras de suero de linces ibéricos en libertad y en cautividad, incluyendo centros de cría y centros del programa de conservación ex situ del lince ibérico. De los 276 animales analizados, se confirmó la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en uno de ellos.
Los resultados subrayan la importancia de llevar a cabo la vigilancia epidemiológica de este tipo de enfermedades en la fauna silvestre
Este lince en particular, muestreado en condiciones de libertad, no mostró signos clínicos de enfermedad, aunque el riesgo de infección y transmisión se considera bajo. No obstante, los resultados subrayan la importancia de llevar a cabo la vigilancia epidemiológica de este tipo de enfermedades en la fauna silvestre, según señaló Ignacio García Bocanegra, responsable del grupo GISAZ.
El impacto en los linces no se limita solo a virus emergentes, sino que también abarca otras enfermedades infecciosas, como revela otro estudio internacional en el que participó el grupo GISAZ. En colaboración con investigadores del Centro Nacional de Microbiología y de las Universidades Complutense y Alfonso X el Sabio de Madrid, se encontró una amplia circulación de dos parásitos digestivos causantes de diarrea en animales y personas, Cryptosporidium spp. y Giardia duodenalis, en las poblaciones de lince ibérico de la Península Ibérica. El análisis molecular de las muestras fecales permitió identificar los genotipos específicos de ambos parásitos, revelando una alta variedad circulante tanto en las presas del lince (roedores o conejos) como en las personas.
El lince ibérico, considerado el felino más amenazado del mundo, cuenta actualmente con alrededor de 1.600 ejemplares en libertad, marcando un incremento notable desde principios del siglo XXI cuando apenas quedaban unos cien individuos. Sin embargo, su estatus sigue siendo crítico, lo que destaca la necesidad de continuar con planes de conservación y vigilancia sanitaria. La investigación de enfermedades que podrían representar una amenaza para el lince, como el SARS-CoV-2, se convierte en clave en este contexto, especialmente teniendo en cuenta la susceptibilidad de otros felinos al virus de la Covid-19.
ESTRATEGIAS PARA SALVAR LA ESPECIE
El lince ibérico ha pasado de estar ‘en peligro crítico de extinción’ a ‘en peligro de extinción’, según informa el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Sin embargo, aún quedan estrategias para proteger a la especie de las amenazas a las que se expone, como la destrucción y la fragmentación de su hábitat.
El objetivo de algunas entidades, como la Asociación para la defensa de la naturaleza (WWF), es multiplicar por tres la especie para 2040. “Según la ciencia, necesitamos 750 hembras para ‘salvar’ la especie”, explican. Y por ahora, la especie ha pasado de 27 a 277 ejemplares en la actualidad, según informan, “lo que indica que vamos por buen camino”.