El pasado 10 de agosto, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil notificaba la comercialización ilegal de medicamentos veterinarios en cuatro establecimientos de Alicante y Valencia. En concreto, tres personas han sido investigadas por este delito contra la salud pública. Los agentes encontraron hasta 7.500 comprimidos y más de un centenar de envases de otros medicamentos en los locales inspeccionados.
Las investigaciones se iniciaron tras una inspección realizada por los agentes en un establecimiento especializado en alimentación animal, en el que hallaron 100 comprimidos de medicamentos sospechosos, que fueron incautados y analizados. Los agentes determinaron que se trataba de una medicación cuya administración no está permitida en España.
Por este motivo, la Guardia Civil continuó con la investigación e inspeccionó otros tres establecimientos en los que fueron intervenidos otros 7.371 comprimidos que se estaban vendiendo en estos establecimientos de forma irregular: algunos de ellos porque su venta es ilegal en España, otros, porque, aunque legales, se estaban vendiendo sin la preceptiva prescripción veterinaria para su distribución; y otros, porque aún a pesar de no estar sujetos a prescripción facultativa, requieren que el establecimiento esté autorizado y no era el caso.
7.390 son comprimidos ilegales, 81 están sujetos a prescripción veterinaria y se estaban expidiendo sin ella, y otros 128 envases de medicamentos no sujetos a prescripción
Ante los hechos, los días 11 y 13 de julio fueron investigados dos hombres y un mujer, de entre 45 y 54 años, de nacionalidad española, responsable de los establecimientos infractores, situados en cuatro localidades de las provincias de Alicante y Valencia.
Los agentes han intervenido medicamentos destinados a uso animal, de los que 7.390 son comprimidos ilegales, 81 están sujetos a prescripción veterinaria y se estaban expidiendo sin ella, y otros 128 envases de medicamentos no sujetos a prescripción, pero para cuya venta, los establecimientos inspeccionados no estaban autorizados.
La venta ilegal de estos medicamentos de forma clandestina y sin control sanitario produce otros prejuicios como el daño al medio ambiente
El uso de medicamentos veterinarios no autorizados expone a los animales a riesgos para su salud. Además, si se trata de animales destinados al consumo humano, puede suponer riesgos también para el consumidor. Por otro lado, al comercializarse de forma clandestina y sin control sanitario, colateralmente producen otros prejuicios, por ejemplo, para el medio ambiente. Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Denia.
La operación ha sido desarrollada por la Unidad de Protección de la Naturaleza (UPRONA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, que ha contado con el apoyo de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (EUROPOL) a la que se solicitaron datos sobre el origen de los medicamentos intervenidos, procedentes de Alemania, Francia y Países Bajos, entre otros, y que permitió a los investigadores llegar hasta los investigados.
También se ha contado con la colaboración del Área de Inspección de Farmacia de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública en Alicante y el Departamento de Inspección y Control de Medicamentos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).