La convivencia del lobo con el resto de especies en la Unión Europea ha generado malestar entre los diversos sectores del ámbito rural. Hasta ahora, la entidad europea mantenía la conservación de la especie como estrictamente protegida. Sin embargo, esta medida limitaba su extracción del territorio en caso de sobrepropagación que amenazase al resto de poblaciones de animales extensivas y de la vida silvestre.
El pasado 4 de diciembre, la Comisión Europea evaluó las medidas propuestas por los países europeos sobre la gestión de esta especie dentro del territorio europeo. En la encuesta se solicitaba una respuesta por parte de los países implicados sobre el impacto de esta especie en las regiones donde está presente. Tras la evaluación de las 17.000 propuestas enviadas, la Unión Europea se ha posicionado para modificar el estatus de protección internacional del lobo de “estrictamente protegido” a “protegido”.
Este cambio de estatutos contemplará las medidas establecidas en el Convenio Internacional de Berna, recogido por el Ministerio de Transición Ecológica, relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio rural. Además, sigue a la iniciativa de la Comisión de septiembre de 2023 sobre la propuesta de modificar el estado de protección del lobo para introducir más flexibilidad. Esta modificación deberá adaptarse, según indica la CE, al Convenio de Berna y al acuerdo de los Estados miembro de la UE.
El lobo seguirá siendo una especie protegida en la UE y a nivel internacional
“El regreso de los lobos es una buena noticia para la biodiversidad en Europa”, asegura la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En este sentido, la CE recuerda que, el cambio en el estatus del lobo, no modifica la posibilidad de apoyar la coexistencia y aplicación de medidas de prevención. Aunque se modifique el Convenio y se establezca esta medida, el lobo seguirá siendo una especie protegida en la UE y a nivel internacional. Además, la obligación de alcanzar un estado de conservación favorable continuará vigente.
Estas medidas se contemplan en una situación de riesgo real para numerosas poblaciones de animales, concretamente para el ganado. “Estoy profundamente convencida de que podemos encontrar y encontraremos soluciones específicas para proteger tanto la biodiversidad como nuestros medios de vida rurales”, afirma la presidenta del organismo europeo.
"La propuesta para cambiar el estatus de protección de los lobos en virtud del Convenio de Berna reconoce la necesidad de abordar los desafíos que plantea el aumento de las poblaciones de lobos"
A esta iniciativa se han unido el resto de integrantes de la CE con diversas reacciones. El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius ha defendido esta medida como forma eficaz de proteger la biodiversidad. “La propuesta para cambiar el estatus de protección de los lobos en virtud del Convenio de Berna reconoce la necesidad de abordar los desafíos que plantea el aumento de las poblaciones de lobos, manteniendo al mismo tiempo el objetivo de conservación de la biodiversidad, y el objetivo de alcanzar y mantener un estado de conservación favorable de la especie”, explica.
SITUACIÓN ACTUAL DE LA ESPECIE
La vuelta del lobo a ciertas regiones ha planteado un reto de bienestar animal para el ganado. Ante el aumento de estos conflictos, la Comisión ha analizado en profundidad la situación actual para tomar medidas efectivas contra estas ocupaciones y llegar a una convivencia real entre la vida silvestre y el entorno rural.
Actualmente, las poblaciones de lobos no paran de crecer. En total, la CE ha contabilizado más de 20.000 animales de esta especie en áreas de distribución en expansión dentro de todos los países ocupados. Al mismo tiempo que este aumento supone un éxito, también se incrementan los conflictos, tanto en actividades humanas como en la convivencia con otros animales. Por cada manada pueden encontrarse más de 1.000 lobos, con un aumento significativo en las dos últimas décadas.
Estos animales han generado niveles de depredación elevados, afectando cada vez a más regiones, afirma el organismo europeo. Aunque el impacto es pequeño a escala de la UE y los daños globales al ganado parecen tolerables a nivel nacional, su concentración a nivel local genera una fuerte presión en determinadas zonas y regiones. Esta realidad justifica la acción de Europa para mejorar el estatus de protección dentro de los límites de conservación de la especie.