Las enfermedades del ganado influyen significativamente en la salud animal, en el rendimiento de las explotaciones y tienen un impacto socioeconómicosignificativo. Para garantizar la salud de los animales, así como mejorar su bienestar, los responsables de explotaciones ganaderas tienen la obligación de contar con visitas zoosanitarias periódicas de los veterinarios. Esta medida lleva amparada por la Ley de Sanidad Animal desde 2016 y es aplicable a todos los Estados miembro de la Unión Europea.
Sin embargo, los países no están comprometidos al 100% con esta legislación. Así lo recoge el último informe de la Federación de Veterinarios Europeos (FVE), que analiza el número de visitas realizadas por veterinarios a las explotaciones ganaderas desde 2021. Antes de abril de ese mismo año todos los países miembro deberían haber aplicado los controles zoosanitarios con el objetivo de reforzar la salud animal mejorando la prevención de enfermedades.
En esta línea, y para conseguir los objetivos de sanidad animal en la UE, la FVE publicó a comienzos de ese mismo año un documento de posición sobre las visitas zoosanitarias. En él, los veterinarios destacaban la importancia de armonizar los requisitos mínimos de sanidad animal. Para ratificar su cumplimiento, un año después la entidad europea puso a disposición de todos los ganaderos europeos una encuesta para analizar el estado de cada país con respecto a la aplicación de estas normas.
Un total de 18 países (58%) ya habían realizado visitas periódicas previas a la puesta en marcha de la Ley de Sanidad Animal, aunque la mayoría solo contaba con controles para determinadas especies animales de granja. Otros ocho países afirmaron no haber realizado visitas periódicas, aunque tres de ellos sí tenían previsto ponerlas en práctica en el futuro.
La vigilancia zoosanitaria estuvo encabezada en su mayoría por veterinarios privados con contrato individual con la explotación
La mayoría de los que sí realizaron inspecciones zoosanitarias contaron con la visita de un veterinario privado con un contrato individual con la explotación. Además de los profesionales que ofrecen servicios privados, los veterinarios oficiales de cada país también realizaron visitas zoosanitarias a algunas explotaciones. Concretamente Finlandia, Francia, España y Suecia recibieron tanto a veterinarios autónomos como a profesionales del Estado en sus explotaciones. En Suiza y Estonia solo los veterinarios oficiales se encargaron de las visitas zoosanitarias.
Gran parte de los participantes en la encuesta (27 Estados miembros de la UE y 11 países de la región europea) actualmente realizan visitas de salud animal, pero “ninguna es perfecta”, dice el informe. Muchas se limitan a animales de producción específicos y no cubren a todos los operadores. Algunas están bajo el paraguas de controles oficiales realizados por veterinarios autorizados y estatales, o solo cubren aspectos específicos, como puede ser el control de consumo de medicamentos, pero no de bioseguridad.
Holanda y Bélgica encabezan la lista. Hasta la fecha son los dos países con mejor índice de control zoosanitario en las explotaciones ganaderas, con 78 y 77% respectivamente. El país vecino de España, Portugal, es uno de los que ha presentado menos vigilancia. Apenas supera el 20% seguido de Malta y Chipre. Sin embargo, en el cómputo global, la FVE se muestra optimista porque la mayoría de los países se encuentra por encima del 50% en visitas zoosanitarias.
ESPAÑA, POR ENCIMA DEL 60%
España es uno de los países que se encuentra en una situación intermedia. Aunque el número de visitas alcanza más del 60%, la aplicación y la cobertura en nuestro país muestran deficiencias. No obstante, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cuenta con dos normativas que incluyen la obligación de asignar un veterinario para mantener la bioseguridad, la higiene, la sanidad y el bienestar animal, así como recibir visitas zoosanitarias.
Entre los elementos de alta puntuación extraídos de este informe, nuestro país destaca por incluir en las visitas zoosanitarias a todas las explotaciones ganaderas, tanto comerciales como no comerciales, así como por el control de todos los temas incluidos en el reglamento de sanidad animal: la bioseguridad, el bienestar, el consumo de medicamentos y una larga lista de exigencias legislativas.
España presenta una baja puntuación en las revisiones por parte de veterinarios oficiales en Ganadería, con una mayoría de veterinarios privados
Sin embargo, España presenta una baja puntuación en las revisiones por parte de veterinarios oficiales en Ganadería, con una mayoría de veterinarios privados, así como un control más bajo para algunas especies animales. Principalmente, nuestro país destaca por los controles en granjas de cerdos y de aves de corral.
Con todo esto, los veterinarios europeos insisten en que son necesarias medidas adicionales. “Es esencial que los Estados miembro sigan aplicando medidas de acompañamiento adicionales y adecuadas, como las visitas periódicas de sanidad animal, para evitar en la medida de los posible que se produzcan brotes”, resaltan. “No cabe duda de que las visitas periódicas de sanidad animal tienen un gran potencial para prevenir enfermedades animales mediante su detección precoz, mejorar por tanto la salud y el bienestar de los animales, reducir el uso de antibióticos y aumentar la sostenibilidad y la eficiencia económica”, concluyen.