España ha logrado una disminución histórica en el uso de antibióticos veterinarios, alcanzando un descenso del 69,5% entre 2014 y 2022, según el 13.º Informe ESVAC de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Este notable progreso, reflejado en el último informe publicado por el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN) el pasado 22 de enero, sitúa a España como uno de los países con la evolución más favorable entre las 31 naciones europeas incluidas en el documento. En términos concretos, las ventas de antibióticos veterinarios pasaron de 419 mg/PCU en 2014 a 127,4 mg/PCU en 2022, consolidando la posición de liderazgo en esta lucha.

“España ha pasado de ser el país con mayor venta de antibióticos veterinarios en Europa en 2014 a ocupar el quinto lugar en 2021”, destaca el informe, que subraya la reducción del uso de antibióticos de importancia crítica (Categoría B), con una disminución del 91,5% desde 2014. Este tipo de antibióticos incluye las polimixinas, fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera y cuarta generación, cuyo consumo coloca a España en el puesto 21 a nivel europeo, sólo por detrás de países con menor carga ganadera como Suecia o Noruega.
El consumo de polimixinas, fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera y cuarta generación en Veterinaria sitúa a España en el puesto 21 a nivel europeo
Este éxito se enmarca en los programas “Reduce” del PRAN, diseñados para sectores específicos como porcino, ovino, caprino y bovino. Por ejemplo, en el sector porcino, se anticiparon a los nuevos límites legales logrando reducciones generalizadas de colistina, mientras que en el sector bovino se logró una disminución del 80% en el uso de antibióticos intramamarios críticos entre 2018 y 2022. “Estos resultados no sólo evidencian el compromiso del sector, sino que son un ejemplo de cómo el trabajo conjunto puede generar cambios significativos”, destaca el informe.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Entre 2020 y 2021 se registró un ligero aumento del 1,8% en el consumo global de antibióticos veterinarios, principalmente en penicilinas de espectro extendido y tetraciclinas. A pesar de este repunte, las medidas implementadas, como la automatización de los sistemas de datos y la adaptación a la nueva normativa europea, garantizan un seguimiento más preciso y una corrección oportuna de estas desviaciones.
Además, en diciembre de 2022, se publicó el Real Decreto 992/2022, que establece el marco de actuación para un uso sostenible de antibióticos en especies de interés ganadero. Este decreto obliga a todas las explotaciones, excepto las de autoconsumo, a adoptar medidas específicas para reducir el consumo de antimicrobianos. “La herramienta PRESVET proporciona al ganadero informes trimestrales sobre su consumo de antibióticos y lo compara con la media nacional, fomentando la concienciación y el uso responsable”, detalla el informe del PRAN.
En el ámbito de la vigilancia, se han implementado proyectos pioneros como el Mapa Epidemiológico de Resistencias, que reúne datos de 23 laboratorios para facilitar al veterinario información sobre resistencias bacterianas. También se han iniciado programas piloto en pequeños animales y en acuicultura, sectores tradicionalmente menos regulados. “En el caso de pequeños animales, hemos identificado que los principios activos más usados son amoxicilina, cefalexina y metronidazol, sin evidenciarse el uso de antimicrobianos de la categoría más crítica (A)”, apuntan desde el PRAN.
Otro frente clave ha sido la colaboración internacional para abordar la falta de disponibilidad de medicamentos y alternativas, un problema que fomenta la aparición de resistencias. En este sentido, España trabaja junto a Francia, Portugal e Irlanda en la identificación de vacíos terapéuticos y en la propuesta de soluciones conjuntas. Esta iniciativa se presentó en 2023 en la jornada “Mejorando la disponibilidad de antimicrobianos y sus alternativas”, dirigida a la industria farmacéutica.
Aunque los avances son notables, el PRAN asegura que el trabajo no ha terminado. “Anualmente se establecerá un valor de referencia nacional de consumo para cada especie, y las explotaciones que lo superen deberán aplicar medidas correctivas”, recalcan. Estas acciones incluyen desde cambios en las prácticas ganaderas hasta ajustes en las prescripciones veterinarias, reforzando el compromiso con la sostenibilidad.
"La lucha contra la resistencia a los antibióticos no es un objetivo puntual, sino un esfuerzo continuo"
En palabras de los responsables del PRAN, “la lucha contra la resistencia a los antibióticos no es un objetivo puntual, sino un esfuerzo continuo”. “Como parte de este trabajo, se está elaborando un documento conjunto que aborda esta problemática. En él se identifican los vacíos terapéuticos y las causas de estos, se establece una propuesta de priorización y se proponen posibles soluciones para resolverlos, como, por ejemplo, las nuevas herramientas que proporciona la legislación para aumentar la disponibilidad, así como otras medidas que pueden usarse para paliar esta situación”, concluye el informe.