Detectan el virus de la gripe aviar en un mamífero marino por primera vez en la Antártida

Un grupo de investigadores del CBMSO-CSIC ha detectado el virus en el cadáver de un elefante marino

Elefantes marinos en la Antártida en los que se ha detectado la gripe aviar. (Foto: Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades)
Elefantes marinos en la Antártida en los que se ha detectado la gripe aviar. (Foto: Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades)
15 julio 2024 | 09:55 h
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La gripe aviar altamente patogénica ha llegado a la Antártida. Así lo confirma un grupo de investigadores españoles del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), en colaboración con el proyecto de investigación sobre ecología de pingüinos antárticos PERPANTAR del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), tras detectar la enfermedad en el cadáver de un elefante marino. 

La confirmación de este caso indica que la enfermedad se está expandiendo a otros grupos de animales, una realidad que tiene, por ahora, consecuencias desconocidas tanto para la fauna como para los ecosistemas antárticos. Por esto, tras la muerte masiva de especies, España ha establecido un laboratorio de diagnóstico molecular en la Antártida.

La enfermedad ya se había detectado en muestras de skuas (págalos) en la Antártida el pasado mes de febrero

El virus se detectó por primera vez en el continente antártico el pasado mes de febrero, cuando los científicos españoles Antonio Alcamí y Ángela Vázquez detectaron la infección en muestras de skuas (págalos) recolectadas por científicos argentinos cerca de la base antártica Primavera.

En marzo, se organizó una expedición a bordo del BIO Hespérides. El equipo de investigación del CSIC, liderado por Antonio Alcamí con la colaboración de Ángela Vázquez y el proyecto PERPANTAR liderado por Virginia Morandini (MNCN-CSIC), recolectó muestras con medidas de protección estrictas en diversas islas del archipiélago de las Islas Shetland del Sur, donde España tiene sus bases antárticas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, para investigar la posible presencia de gripe aviar altamente patogénica en otras áreas de la Antártida.

Las muestras obtenidas durante esta expedición, tras ser inactivadas, se almacenaron de forma segura en los congeladores del Hespérides y fueron analizadas en España. Allí se descubrió el virus en el cadáver de un elefante marino en la península Coppermine de la Isla Robert.

Los análisis consistieron en dos pruebas de PCR consecutivas que resultaron positivas para el virus de la gripe y el subtipo H5. La posterior secuenciación del material genético confirmó la presencia de una secuencia de corte de la proteasa característica del virus de alta patogenicidad en las muestras.

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