Descubren un nuevo virus en una lechuza común gracias a técnicas de metagenómica

El nuevo virus, perteneciente a la familia de los Bornavirus, se identificó en una lechuza común hallada enferma en Badajoz

Científica analizando el virus. (Foto: Freepik)
Científica analizando el virus. (Foto: Freepik)
AnimalCare
3 enero 2024 | 10:00 h

Investigadores del Grupo de Enfermedades Emergentes y Transfronterizas del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del INIA-CSIC han llevado a cabo un estudio revelador al identificar un nuevo virus en un ejemplar de lechuza común (Tyto alba) proveniente de Extremadura.

El ave, que presentaba signos neurológicos compatibles con una infección neurotrópica de posible origen vírico, fue ingresada en el centro de recuperación de fauna silvestre AMUS en Villafranca de los Barros (Badajoz) y lamentablemente falleció. Las muestras de tejido cerebral de la lechuza fueron enviadas al CISA en el marco de una colaboración con la Universidad de Extremadura.

A pesar de las pruebas iniciales negativas para los principales virus neurotrópicos que afectan a las aves, se implementó una técnica metagenómica no dirigida utilizando un microarray panvírico desarrollado por el Statens Serum Institute de Copenhague. Este enfoque molecular permitió la detección exclusiva de un bornavirus aviar, específicamente el bornavirus de canario tipo 2 (CnBV-2), perteneciente a la especie vírica Orthobornavirus serini.

Este nuevo virus mostró similitudes genéticas del 83% con el CnBV-2 y menos del 75% con otros bornavirus conocidos

La identificación precisa del virus se llevó a cabo mediante técnicas de amplificación genética por PCR y secuenciación completa de su genoma. El nuevo virus, designado como "Barn owl bornavirus 1" (BoBV-1), mostró similitudes genéticas del 83% con el CnBV-2 y menos del 75% con otros bornavirus conocidos. El análisis filogenético confirmó que BoBV-1 es un virus previamente desconocido, perteneciente a la especie vírica Orthobornavirus serini, siendo el primero de esta especie identificado en un ave de presa en lugar de un paseriforme.

Este estudio destaca la utilidad del microarray panvírico como una técnica de último recurso para la detección de virus, ya que no solo identifica virus conocidos, sino también aquellos que no han sido descritos previamente. Además, su naturaleza no sesgada, rapidez (36-48 horas) y simplicidad tanto en la ejecución como en la interpretación, la posicionan como la técnica preferida en casos de este tipo.

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