Bacteriocinas, ¿la alternativa a los antibióticos?: “Nos ayudaría a luchar contra las resistencias"

Entrevistamos a Anna Arís y Elena García Fruitós, investigadoras del IRTA, que nos cuentan en qué consiste Bac4RumA, el proyecto que utiliza las bacteriocinas para hacer frente a infecciones bacterianas

Investigadoras del IRTA del proyecto Bac4RumA sobra bacteriocinas. (Foto: IRTA/Montaje AnimalCare)
Investigadoras del IRTA del proyecto Bac4RumA sobra bacteriocinas. (Foto: IRTA/Montaje AnimalCare)
Itziar Pintado
31 octubre 2024 | 12:00 h

La resistencia antimicrobiana es una de las problemáticas que más preocupan tanto para la salud humana y animal como para el medioambiente. De hecho, estas resistencias podrían causar la muerte de 10 millones de personas al año en 2050. Este dato refleja la importancia no solo de controlar el consumo de estos fármacos, sino también de buscar alternativas para conseguir hacer frente a esas bacterias resistentes.

La búsqueda de estas alternativas es uno de los objetivos del proyecto internacional encabezado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), en el que trabajan profesionales de la Universidad Royal Holloway de Londres; de la universidad NOHU de Turquía, y de la universidad de Ilorin, en Nigeria. Así nos lo explican Anna Arís Giralt, investigadora y coordinadora de este proyecto, y Elena García Fruitós, investigadora del programa de Rumiantes del IRTA, que juntas lideran el trabajo.

“Una de las temáticas del proyecto, focalizado principalmente a países en desarrollo, es la búsqueda de alternativas al uso de antibióticos”, comenta Arís en declaraciones a AnimalCare. “El objetivo es aplicarlo en primer lugar en Nigeria, porque es uno de los países en los cuales se desarrollan menos productos, pero después se podrá utilizar en otros como España o en otros países en desarrollo”, indica.

“Es una forma de colaborar en la reducción de resistencias”

El proyecto, denominado Bac4RumA, es una forma de encontrar alternativas “que nos ayudarían a luchar contra las resistencias”, sostiene García Fruitós. “Es una forma de colaborar en esta reducción”, añade, a través del “uso de las bacterias de ácido láctico” para acabar con esas otras bacterias causantes de infecciones en los animales.

“Las bacterias de ácido láctico son seguras y se utilizan para aplicaciones diversas, porque nos aportan beneficios”, explica la investigadora del programa de Rumiantes del IRTA. “Nosotros utilizamos estas bacterias como fábricas celulares para producir una proteína llamada bacteriocinas, que tienen la capacidad de matar a bacterias patógenas”, continúa.

De esta fabricación celular se consigue un “extracto” que “cuando se administra a los animales, hace su acción y mata al posible patógeno que está causando la infección”, comenta una de las investigadoras del proyecto. “Utilizar este extracto en lugar de un antibiótico es nuestra forma de contribuir a la reducción de las resistencias asociadas al uso de los antibióticos”, puntualiza.

“A veces reducir el uso de antibióticos significa combinar estrategias”

No obstante, luchar contra las resistencias no significa “pasar de 100 a 0”, asegura García Fruitós. “A veces reducir el uso de antibióticos significa combinar estrategias”, indica, “es decir, yo uso una concentración determinada de antibiótico que si la combino con mi molécula, pasa a ser la mitad de cantidad de antibiótico”.

LA LUCHA CONTRA DOS INFECCIONES BACTERIANAS

Por ahora, este proyecto está focalizado en dos tipos de infecciones. “Queremos que sea un producto capaz de tratar infecciones tanto en acuicultura como en rumiantes”, señala Arís, “porque son dos de las actividades económicas más importantes en Nigeria”, subraya. En concreto, este extracto se empleará para hacer frente al estafilococo y al estreptococo.

En el caso de los rumiantes, estos dos microorganismos producen “infección en la glándula mamaria, que dan lugar a mastitis y, por tanto, las vacas lecheras dejan de producir”, indica la investigadora. Todo esto se traduce a un problema económico, pero también “de bienestar animal”. Además, a esto se suma que “el uso de antibióticos muchas veces no nos soluciona la infección, porque estas bacterias ya son resistentes, y tenemos que encontrar alternativas”.

UN PROYECTO EN FASES INICIALES

Por ahora, Bac4RumA está en sus fases iniciales, como expresan las investigadoras, para después poder asentar el proyecto en Nigeria. “Cuando tengamos caracterizadas las bacteriocinas haremos pruebas de concepto en el IRTA antes de ir al propio país y en condiciones más controladas para después trasladarnos a Nigeria y hacer las pruebas en vivo”, apunta Arís. Estos serán los próximos objetivos de una iniciativa que aún se encuentra dando sus primeros pasos pero que, “si tiene los resultados esperados, nos beneficiará a todos”, concluye.

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