El cáncer de mama canino es uno de los más recurrentes en perras esterilizadas después del segundo celo y el más prevalente, con una tasa de entre el 50 y el 70% en perras no castradas. Dentro de la gravedad de esta enfermedad, el cáncer de mama inflamatorio triple negativo es uno de los más agresivos, con una tasa del 18% de los cánceres de mama y una supervivencia de un mes desde el diagnóstico.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid(UCM) ha demostrado que las hormonas esteroideas, andrógenos y estrógenos, favorecen la progresión del cáncer de mama. Mediante un estudio en ratones, los investigadores han demostrado que un aumento de los estrógenos incrementa la proliferación celular y el crecimiento tumoral. Por su parte, los andrógenos facilitan la migración de las células cancerígenas por otros tejidos.
Por ahora, esta influencia se desconocía “ya que este tipo de cáncer se caracteriza por no expresar algunos receptores hormonales como el receptor de estrógenos”, señala la UCM en un comunicado. Sin embargo, este trabajo ha demostrado la relación entre la expresión de una variante de este receptor y otro receptor hormonal, el receptor de andrógenos.
Las terapias hormonales, anti-androgénicas y anti-estrogénicas, podrían reducir la viabilidad, migración y el tamaño tumoral. “Además, se ha observado que existe una regulación en la producción de hormonas sexuales y que el desequilibrio hormonal produce una alteración en el desarrollo tumoral”, explica Juan Carlos Illera, investigador de la Facultad de Veterinaria de la UCM y director del estudio publicado en Research in Veterinary Science.
"Numerosos estudios han respaldado que el cáncer mamario inflamatorio canino comparte muchas semejanzas clínico-patológicas con el mismo tipo de cáncer en la especie humana"
Estos resultados también podrían ser prometedores en el tratamiento del mismo tipo de cáncer en la especie humana. “Numerosos estudios han respaldado que el cáncer mamario inflamatorio canino comparte muchas semejanzas clínico-patológicas con el mismo tipo de cáncer en la especie humana. Por lo que no solo el tratamiento en perras puede beneficiarse de este estudio, si no que pacientes humanas, en un futuro, podrían tener la posibilidad de mejorar la respuesta patológica con un tratamiento anti-hormonal”, afirma Belén Crespo, investigadora de la Facultad de Veterinaria de la UCM.
El Departamento de Fisiología de la UCM realizó estudios in vitro e in vivo para desarrollar ensayos de sensibilidad a tratamientos antihormonales y reproducir tumores mamarios caninos en ratones, respectivamente. Con todas las muestras recogidas, se realizaron ensayos inmunoenzimáticos para determinar los niveles hormonales tanto en el control como bajo tratamiento.
“En un futuro se podrían aplicar tratamientos anti-hormonales para tratar el CMIC-TN y así mejorar la supervivencia y el bienestar de las perras en la clínica, ya que las terapias anti-hormonales carecen de los efectos secundarios severos que produce la quimioterapia sistémica, siendo mejor tolerado por el animal”, concluye Crespo.