La llegada de la oruga ‘procesionaria del pino’ se ha adelantado este 2024 y con ella el riesgo de exponer a nuestros perros al contacto con sus pelos en forma de arpón. Hasta ahora se ha pedido extremar la precaución al ser humano ante el riesgo de urticaria por contacto, que afecta en torno al 12% de las personas que viven en zonas rurales. Sin embargo, también puede provocar resultados adversos en los animales.
Esta plaga se distribuye por todo el territorio peninsular y en Baleares, apareciendo en torno al mes de marzo. Catalogada como “una especie peligrosa para el hombre y muy tóxica para los animales domésticos” por la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), la procesionaria también afecta a los pinares españoles y otras especies arbóreas como cedros y abetos.
Para María Elena García, veterinaria y vocal de la Junta del Gobierno del Col·legi Oficial de Veterinaris de Barcelona (COVB), es muy importante extremar la precaución. Como explica a este medio, las orugas están recubiertas de arpones que a su vez poseen una sustancia tóxica. “Cuando un perro o una persona roza estos pelos, se les pueden quedar enganchados y provocar una irritación”, afirma la experta.
Además de las irritaciones, los perros pueden tener reacciones mucho más graves. “Pueden provocar anafilaxia”, subraya García. Asimismo, el contacto de la boca del animal con la oruga puede producir una necrosis de lengua. “Se puede llegar a morir”, puntualiza.
“Si el perro cierra los ojos, sacude la cabeza o hace fasciculaciones raras puede que haya entrado en contacto con una oruga”
Por esto es muy importante mantener la precaución y, en caso de contacto, acudir urgentemente al veterinario. Sin embargo, si existen dudas de una posible reacción es muy importante observar al animal. “Si el perro cierra los ojos, sacude la cabeza o hace fasciculaciones raras puede que haya entrado en contacto con una oruga”, comenta García. “Si esperas mucho podría empezar a hincharse hasta no poder respirar”, insiste.
Cuando los propietarios viven en zonas de montaña, donde la presencia es mayor, ya están avisados para llevar una dosis de corticoides en caso de emergencia, según explica la experta. Pero en el resto de casos, “se recomienda correr al veterinario”, sostiene, porque “se es una reacción muy grave la que provoca”.
MÁS PREVALENTE EN LAS ZONAS RURALES
La prevalencia de los casos depende de la ubicación. Como explica la veterinaria, en las clínicas situadas en la ciudad, se ven menos casos. García lo atribuye a un mayor control de las plagas en los parques, donde predominan los pinos. “De momento este año, por ahora solo he visto un caso”, afirma.
Sin embargo, en el extrarradio, la cosa cambia. “Hemos visto mucha más incidencia en zonas menos urbanas”, indica, pero asegura que existen muchos más casos de los que están a su alcance. “Por ahora hemos visto casos que no han sido muy exagerados”, continúa.
EXTREMAR LAS PRECAUCIONES
Para evitar reacciones adversas, la veterinaria recomienda extremar las precauciones frente a una plaga que cada vez preocupa más a la población con mascota o niños pequeños. “Lo principal es que lleven al perro atado”, asevera, para controlar su paso por las zonas de pinos donde pueden entrar en contacto con la oruga y sus nidos.
“Si se frota, los pelos de la oruga que se clavan en la piel se rompen y liberan la toxina”
Además, García aconseja, en caso de contacto, lavar la zona afectada sin frotar. “Si se frota, los pelos de la oruga que se clavan en la piel se rompen y liberan la toxina”, declara, por lo que siempre es recomendable lavar lo máximo posible y sin frotar, además de tener localizado el centro veterinario más cercano si van a visitar zonas donde puede haber plagas de procesionaria.