La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de Andalucía ha destinado más de un millón de euros a la compra y distribución de vacunas bivalentes que protegen al ganado frente a los serotipos 1 y 4 del virus de la fiebre catarral ovina (conocida como lengua azul). Un año más, desde el Gobierno andaluz han puesto en marcha el proceso para adquirir y administrar los 2,7 millones de dosis necesarias para inmunizar a la cabaña ovina y bovina de la comunidad que debe someterse a esta medida de sanidad animal.
Una iniciativa que se enmarca en el Programa Nacional de Vigilancia, Control y Erradicación de la Lengua Azul 2024, que establece la obligatoriedad de vacunar frente a los serotipos 1 y 4 de lengua azul a los ejemplares de más de tres meses. En total, esta actuación de sanidad animal afecta a alrededor de 2,6 millones de cabezas de ganado ovino (2,1 millones) y bovino (515.000 ejemplares).
Desde el Gobierno andaluz han puesto en marcha el proceso para adquirir y administrar los 2,7 millones de dosis necesarias para inmunizar a la cabaña ovina y bovina de la comunidad que debe someterse a esta medida
En cuanto a la administración de las vacunas, la Consejería cuenta con la colaboración de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) reconocidas en Andalucía. Entidades, constituidas por ganaderos y con la dirección técnica de veterinarios, que desempeñan una importante labor tanto en la vertebración de los sectores productivos, como en la transferencia de tecnología a las explotaciones ganaderas y en la interlocución con la administración.
En concreto, Andalucía cuenta actualmente con 72 ADSG repartidas entre los ocho territorios que componen la comunidad autónoma. En concreto, Almería y Cádiz cuentan con siete ADSG reconocidas en cada provincia; Córdoba y Málaga con nueve agrupaciones cada una; Granada, Jaén y Sevilla con 12 ADSG en cada territorio; y Huelva con cuatro agrupaciones. Además, a estas ADSG se suman otras dos entidades reconocidas para operar en el ámbito regional.
El objetivo final de estas agrupaciones es elevar el nivel sanitario-zootécnico de las explotaciones mediante la ejecución de programas colectivos y comunes de profilaxis, luchar contra las enfermedades de los animales y mejorar sus condiciones higiénicas. Logrando así mejorar el nivel productivo y sanitario de los productos alimenticios derivados del ganado.