Los problemas en la piel son muy habituales en los gatos. Parásitos, alergias, infecciones bacterianas u hongos son algunos de los más comunes. Pero estos agentes externos no son los únicos encargados de producir estas afecciones. Muchas veces es el propio sebo de la piel el que origina reacciones, como ocurre con el acné.
Esta patología se define como “un trastorno de queratinización folicular e hiperplasia de las glándulas que fabrican el sebo en el folículo piloso y se trata de un proceso que se puede ver habitualmente en gatos, aunque no hay una prevalencia exacta de aparición en esta especie”, tal y como explica Annabel Dalmau, veterinaria acreditada en Dermatología por la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA).
“Puede aparecer en gatos de cualquier raza, edad y condición sexual, es decir, castrados y no castrados”
A diferencia de otras patologías, en las que sí existe una predisposición dentro de la especie, el acné felino se presenta sin distinción. “Puede aparecer en gatos de cualquier raza, edad y condición sexual, es decir, castrados y no castrados”, explica Dalmau a Animalcare.
Esta afección no solo no entiende de razas, edades y condiciones, sino que también puede agravarse en algunos animales. Como explica la veterinaria acreditada en Dermatología, el acné felino puede presentar comedones asintomáticos “en casos más leves”, es decir, puntos negros. Sin embargo, en algunos felinos, la enfermedad puede complicarse.
“Este proceso se puede complicar e infectarse ocasionando edema, quistes y cicatrices debido a la foliculitis-furunculosis bacteriana asociada, entonces aparecerán pápulas y nódulos que pueden reventar”, sostiene la veterinaria. La presencia de estos síntomas puede dar lugar a “secreción purulenta-sanguinolenta”, añade.
"En algunos casos se requerirá el uso de pomadas con antibiótico y antiinflamatorio para controlar el proceso"
En cualquier caso, los avances en medicina felina han permitido que estas patologías cada día estén mejor tratadas. Dependiendo de la gravedad de los signos clínicos, “en ocasiones únicamente con antisépticos locales es suficiente”, comenta la especialista. “Mientras que en otros casos se requerirá el uso de pomadas con antibiótico y antiinflamatorio para controlar el proceso”, insiste.
“Existen limpiadores-antisépticos como la clorhexidina o lactato de etilo que actúan más en la superficie y otros que actúan más profundamente en el folículo como el peróxido de benzoilo”, puntualiza Dalmau. No obstante, el veterinario encargado de abordar el acné felino en el paciente tendrá el poder de decisión. “Decidirá si el paciente necesita terapias vía oral como corticoides, vitamina A, retinoides sintéticos o antibióticos”, continúa.
Pese a las complicaciones, “normalmente el pronóstico es bueno”. Así lo considera Dalmau, quien asegura que, mientras en unos casos puede ser necesario un tratamiento sintomático de por vida, “habitualmente es una enfermedad estética que no afecta a la calidad de vida del paciente a menos que se produzca una infección secundaria”.
CÓMO CUIDAR EL ACNÉ FELINO
Más allá de los tratamientos, el acné felino puede cuidarse mediante la limpieza de la piel del animal. “En casos de gatos que tienen tendencia a tener este problema se aconseja mantener esta zona limpia”, señala la veterinaria. “A veces es suficiente con agua y jabón suave”, además de mantener el pelo corto “para controlar mejor los signos clínicos”, apunta.
“Entre los factores implicados en su desarrollo o en su agravamiento estarían, escasos hábitos de limpieza o acicalamiento”
En este sentido, como señala Dalmau, la limpieza también es clave en el desarrollo o agravamiento del acné. “Entre los factores implicados en su desarrollo o en su agravamiento estarían, escasos hábitos de limpieza o acicalamiento”, así como “el estrés, influencias víricas o inmunosupresión entre otras”.
El acné puede presentarse una sola vez en la vida del animal o acompañarlo en diversas ocasiones a lo largo de su vida. Por esto, y por los factores que predisponen su desarrollo, es necesario “tener en cuenta y corregir estos factores para prevenir recaídas”, concluye la veterinaria.