Este martes 8 de agosto se celebra el Día Internacional del gato. Una jornada especial que los dueños de estas mascotas de compañía celebran y conmemoran para agradecerles su cariño y su compañía en los hogares.
Pero estos amigos del ser humano no sólo son conocidos por la compañía que ofrecen a las personas. De hecho, algunas investigaciones internacionales han determinado que los gatos pueden incluso tener un papel terapéutico en la vida de sus dueños.
Se trata de un estudio de la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos). Los investigadores han determinado que, concretamente las personas con emociones fuertes y reactivas, se podrían beneficiar de las interacciones con los gatos. El estudio descubrió que varios factores determinaban una respuesta positiva a un programa de visitas de gatos y reveló que el rasgo de personalidad de la emocionalidad desempeñaba un papel importante.
Hay personas pueden estar más abiertas a formar fuertes vínculos con los animales
Una de las profesoras de esta universidad, Patricia Pendry, del Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de Washington, explicaba que "la emocionalidad es un rasgo bastante estable; no fluctúa y es una característica bastante consistente de nuestras personalidades".
Así, "descubrimos que las personas que se encontraban en el extremo superior de esa escala estaban más interesadas en interactuar con los gatos en el campus. Dado que investigaciones anteriores han demostrado que estas personas pueden estar más abiertas a formar fuertes vínculos con los animales, tiene sentido que quieran que los gatos se incluyan en estos programas".
Como parte del estudio, los investigadores tuvieron en cuenta a más de 1.400 estudiantes y personal universitario de más de 20 universidades. Monitorizaron las influencias positivas y negativas de todos ellos, como tener alergia o fobia a los gatos.
"Me sorprendió gratamente la cantidad de gente que estaba interesada en interactuar con los gatos"
"Algunas personas entraban y se dirigían inmediatamente a losgatos y otras a los perros. Me sorprendió gratamente la cantidad de gente que estaba interesada en interactuar con los gatos, lo que me hizo interesarme por saber más sobre por qué hacían esas elecciones", afirman los expertos.
Los investigadores incluyeron al profesorado y al personal, además de los estudiantes, y no encontraron diferencias entre los grupos. "Pensamos que las poblaciones de estudiantes universitarios son únicas, y en varios aspectos lo son. Pero cuando observamos a los empleados universitarios, los resultados fueron muy similares: La personalidad importaba más que ser estudiante o empleado. Eso demuestra que habría interés en tener intervenciones con animales en entornos no universitarios y en otros lugares de trabajo", aseguran los investigadores.
Así, "nuestro estudio demuestra que podemos llegar a un público más amplio ofreciendo intervenciones que incluyan perros y gatos. Las personas que se encuentran en el extremo superior del rasgo de emocionalidad pueden ser más propensas a participar y beneficiarse de estas interacciones. Buscamos formas de ayudar a más personas a reducir sus niveles de estrés. Añadir los gatos puede ser otra forma de llegar a un público más amplio", concluye Pendry.