Los incendios en los meses de verano aumentan cada año. Estos accidentes se ven más favorecidos con el aumento de las temperaturas, el viento y la humedad. En la prevención de los incendios, la ganadería extensiva juega un papel fundamental, como herramienta para la protección de la naturaleza.
La Organización Colegial Veterinaria (OCV) ha transmitido la importancia de estas explotaciones en el mantenimiento de los ecosistemas. Según apunta la institución, es muy importante "promover la utilización del ganado como una herramienta imprescindible para evitar o disminuir de forma considerable el número de incendios que asolan nuestro país cada año, ya que el pastoreo es una práctica ancestral con evidentes beneficios sobre los ecosistemas”.
Además, han añadido que, la ganadería extensiva, desarrolla “una labor de limpieza que la convierte en una de las principales bazas para la prevención de incendios al desbrozar el monte en zonas en las que no lo hace el hombre, por tratarse de terrenos sin uso agrícola que se han ido abandonando, y que se convierten con el paso del tiempo en áreas de matorral con peligro por su carácter inflamable”.
La labor de los veterinarios es fundamental para mantener el buen funcionamiento de los ecosistemas y subsanar los efectos del cambio climático
En la labor de mantenimiento de la naturaleza y, por consiguiente, en el mantenimiento del medio rural, los veterinarios desarrollan una labor fundamental "para garantizar el correcto funcionamiento de los ecosistemas y así ayudar a paliar los efectos del cambio climático".
La subida de las temperaturas y, como consecuencia, la sequía de los espacios naturales, provoca un abandono generalizado de los espacios rurales que se transforma en masa boscosa. El exceso de esta masa permite al fuego avanzar sin control y favorece el aumento de los incendios en España.
La prevención de los incendios es fundamental "y ahí debe desempeñar una función primordial la ganadería en régimen extensivo, en especial de rumiantes, pues aprovechan al máximo los recursos naturales disponibles y a menudo son razas autóctonas, es decir, plenamente adaptadas a los rigores estivales de la Península Ibérica y a sus diferentes suelos”.