En marzo de 2024, se notificaron por primera vez infecciones de influenza aviar altamente patógena. El clado 2.3.4.4b del H5N1 infectó a varias vacas lecheras de Texas, Estados Unidos. Esta noticia alarmó a los estados y administraciones americanos, ya que la propagación del virus se extendió rápidamente a más de 190 granjas en 13 estados del país, afectando seriamente a la industria lechera.
Hasta ahora, se han estudiado las diferentes vías de contagio, así como la posible transmisión de mamíferos a humano. A las investigaciones se suma una última, publicada en la revista científica Nature y encabezada por un equipo de científicos de Estados Unidos y Alemania. Los investigadores realizaron un experimento en un laboratorio de seguridad de nivel 3 para investigar la transmisión del virus en bovinos. Se infectaron de manera experimental terneros y vacas lecheras con el virus H5N1, confirmando que el patógeno se acumula en las ubres y la leche de los animales, y que su transmisión podría estar vinculada a los sistemas industriales de ordeño.
En el estudio, los investigadores buscaron comparar la susceptibilidad y la transmisión del virus. Para ello, infectaron por vía oral y nasal a nueve terneros, que luego fueron colocados junto a animales sanos en instalaciones de alta seguridad biológica para observar si se transmitía la enfermedad.
El objetivo era evaluar el impacto en las vacas lecheras y comparar los efectos de diferentes cepas del virus
Además, el equipo de científicos inoculó el virus H5N1 en las glándulas mamarias de tres vacas lecheras en Estados Unidos y repitió el procedimiento en otros tres ejemplares utilizando una cepa de H5N1 que circula comúnmente entre aves en Europa. El objetivo era evaluar el impacto en las vacas lecheras y comparar los efectos de diferentes cepas del virus.
Mientras que los terneros infectados presentaron síntomas leves como tos y secreciones nasales, no se observó transmisión del virus a los animales sanos con los que convivían. En contraste, las vacas lecheras infectadas mostraron síntomas severos, como fiebre, mastitis y una drástica reducción en la producción de leche, además de pérdida de apetito.
Los investigadores no detectaron signos de infección sistémica o afecciones respiratorias en las vacas, aunque la calidad de la leche disminuyó notablemente. Estos efectos se presentaron tanto en las vacas infectadas con el virus que circula en el ganado estadounidense como en aquellas que recibieron la cepa europea.
En las vacas lecheras, la infección en las glándulas mamarias fue severa, causando mastitis necrosante y fiebre alta, y comprometiendo gravemente su salud general y producción de leche
Los resultados de los estudios experimentales revelaron que, aunque la replicación nasal del virus en los terneros fue moderada, no se transmitió a otros animales. En las vacas lecheras, la infección en las glándulas mamarias fue severa, causando mastitis necrosante y fiebre alta, y comprometiendo gravemente su salud general y producción de leche.
El estudio sugiere que la transmisión del virus H5N1 entre el ganado probablemente ocurre a través de la leche y los procedimientos de ordeño, en lugar de por vías respiratorias. Además, se identificó una mutación adaptativa en el virus tras la replicación intramamaria, lo que subraya la capacidad de distintas cepas de H5N1 para replicarse en las ubres de las vacas y aumentar su potencial de transmisión.
Por último, los expertos advierten que la variante del virus H5N1 que circula actualmente en Europa tiene la capacidad de infectar a vacas lecheras de la misma manera que en Estados Unidos. Una simple transmisión del virus de un ave salvaje a un animal de granja podría desencadenar un brote similar en el continente europeo, afectando a la industria agrícola.