La Unión Europea ya incluye seis Indicaciones Geográficas Protegidas en Extremadura. El último reconocimiento se ha producido con la introducción del 'Cabrito de Extremadura' este miércoles 10 de enero. La carne procede de cabritos nacidos, criados, engordados y sacrificados en la región.
Estos animales son alimentados inicialmente con la leche de sus madres que, debido a la raza y al tratamiento dietético de los animales tiene unas características especiales que difieren de la leche producida fuera de Extremadura. La composición de esta leche es tal que, estas diferencias genéticas, como la textura de la carne, se transmiten de las madres a la carne de los cabritos.
En la región extremeña se crían cabritos desde tiempos remotos y la singularidad del Cabrito de Extremadura proviene de siglos de tradición e historia de este producto, así como del color de la carne y de la grasa, la ternura suprema, la moderada infiltración de grasa intramuscular y la agradable textura.
Estos productos animales están amparados bajo el paraguas de protección contra toda usurpación o imitación de la denominación registrada
El Cabrito de Extremadura se une a los 380 productos españoles a los que la UE ampara bajo este paraguas de protección contra toda usurpación o imitación de la denominación registrada y garantiza el verdadero origen de producto para sus consumidores.
En España, el cabrito alcanza habitualmente los 30 días de edad, el periodo en el que se maximiza sus cualidades para producir una carne tierna y suave. Cabe destacar que el censo caprino en nuestro país se encuentra en descenso, según datos de Ceva Salud Animal, y actualmente predominan las razas autóctonas, especialmente en Extremadura, entre otras comunidades.
En 2020, las razas lecheras de caprino, donde se introduce el cabrito, alcanzaron un 74% del censo de animales de esta índole. Sin embargo, las explotaciones destinadas a la producción de leche solo suponen un 23% del total, mientras el resto son explotaciones de carne. Estos datos confirman que las ganaderías lecheras tienen mayor número de cabezas que las de producción de cabritos.