El ejecutivo balear colabora en el nuevo censo de cabras de Mallorca. El Govern cuantificará la población de caprino para conocer los movimientos estacionales y mejorar el control de estos animales. Así lo ha informado la Dirección Insular de Caza del Consell de Mallorca que se reunirá con la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Natural para llevar a cabo las acciones pertinentes de control de las poblaciones caprinas en Mallorca.
Una de las principales medidas es el desarrollo de metolodologías para cuantificar la población global de cabras y sus densidades estacionales. Gracias a este nuevo censo, el ejecutivo podrá establecer un número poblacional de cabras actualizado que priorice el control en las zonas más necesarias.
En la toma de decisiones, el Govern tendrá en cuenta a todas las personas involucradas del territorio como propietarios de fincas, titulares de cotos, cazadores, foraviles, asociaciones de vecindarios, ayuntamientos, asociaciones de modalidades específicas de caza, empresas de turismo cinegético y empresas de control de fauna, entre otros, así como los investigadores y equipos de investigación que colaboren con el Servicio de Caza y el Servicio de Protección de Especies.
La capacidad de las zonas montañosas se ha reducido considerablemente porque ya no se gestiona el bosque ni la quema de carrizo para favorecer el rebrote y el pasto
Los técnicos de la Dirección insular han expicado que esta proliferación de cabras tiene su origen en la falta de ganaderos responsables de la gestión del bosque y la escasez de alimentos y de bebidas para la supervivencia de la especie. Este hecho obliga a las poblaciones caprinas a bajar de la montaña a las zonas habitadas.
De esta forma, la capacidad de las zonas montañosas se ha reducido considerablemente porque ya no se gestiona el bosque ni la quema de carrizo para favorecer el rebrote y el pasto. Asimismo, tampoco se mantienen estructuras hídricas seculares, que permitían que los animales pasaran el período de sequía estival. Antiguamente, las cabras y, sobre todo, las ovejas eran un recurso económico de primer nivel para todas las fincas de la sierra de Tramuntana y Llevant, y en buena parte de las marinas insulares.
El director insular de Caza, Sebastià Perelló, asegura que "el principal control de las cabras se realiza mediante la caza y sin el colectivo de cazadores la proliferación de esta especie sería aún mayor. Además, el Consell de Mallorca concede autorizaciones excepcionales de control por razones ambientales y de seguridad en zonas donde la caza no está permitida. La cabra salvaje mallorquina es la única especie de caza mayor en Mallorca, cuyo valor cinegético es indudable".