La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) continúa su expansión por todo el territorio español, a excepción de Islas Baleares y Canarias. De hecho, la EHE lleva circulando por España desde noviembre de 2022, más concretamente, el serotipo 8 del virus. Además, controlar la enfermedad no es tarea fácil, debido a su carácter vectorial.
No obstante, en España ya se está comercializando una vacuna autorizada frente a este serotipo, aunque su aplicación es voluntaria y corre a cargo del propio ganadero, que tendrá que pedir una prescripción previa o receta al veterinario de su explotación. Se trata de una vacuna inactivada.
La vacuna facilita el movimiento de animales susceptibles y ayuda a controlar la diseminación de la enfermedad
Esta herramienta inmunológica es la más recomendable para el ganado bovino y su aplicación permite evitar las pérdidas directas de las explotaciones, derivadas de los síntomas y lesiones producidos por la enfermedad. Asimismo, facilita el movimiento de animales susceptibles y ayuda a controlar la diseminación de la enfermedad.
Por ahora, a la espera de que se produzca la inmunidad mediante una vacuna, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado unas recomendaciones de buenas prácticas para el manejo de la enfermedad, de forma que se reduzcan los efectos que tiene sobre la ganadería.
Entre las actuaciones, Agricultura recomienda supervisar diariamente a los animales, especialmente los que estén en sistemas de producción extensivos. Asimismo, insisten en la atención temprana, de forma que se garantice la disponibilidad diaria de agua y alimentación a los animales afectados, “evitando que estos pierdan condición corporal”.
También aconsejan tratamiento veterinario lo antes posible desde que comiencen los síntomas, siguiendo las indicaciones y prescripciones individualizadas realizadas por el veterinario para cada ejemplar según su situación clínica. A esto se suma la importancia de “mantener el rebaño en buen estado sanitario general”.
Por último, desde el Ministerio de Agricultura insisten en las actuaciones de lucha vectorial. Esto quiere decir que, “en la medida de lo posible”, los animales estén protegidos de la circulación de vectores, concretamente en las épocas de mayor actividad. “Desinsectación de instalaciones y medios de transporte en periodos de riesgo, y control de posibles zonas de cría de los vectores” es otra de las medidas, ligada al uso de “desinsectantes y repelentes en los animales de acuerdo con las pautas establecidas para los mismos”.