La intervención humana ha comprometido la calidad de vida de los animales en numerosas ocasiones a lo largo de los años. En concreto, las modificaciones físicas de los animales han dado como resultado razas como Bulldog y Carlino, o gatos como las razas Scottish Fold o Manx. Más allá de estas alteraciones, a lo largo de la historia veterinaria también se han producido otros cambios físicos en los animales que han generado un debate ético en torno a su bienestar.
Esto último ha dado lugar a un nuevo posicionamiento por parte de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA). En concreto, el Comité de Bienestar ha sido el encargo de emitir un comunicado posicionándose en contra de cualquier alteración física en el cuerpo del animal por razones estéticas. La esterilización y la colocación de microchips quedan fuera de esta declaración al ser considerados de beneficio para el bienestar de las mascotas.
“Dichos procedimientos causan múltiples daños a los animales, incluyendo hospitalización, dolor agudo y crónico, inflamación, infección y riesgos anestésicos sin ningún beneficio”
La WSAVA se ha opuesto a alteraciones como la caudectomía, corte de la cola, o la otoplastia, corte de las orejas, cirugías muy comunes en determinadas razas que atentan contra el bienestar de los animales. “Dichos procedimientos causan múltiples daños a los animales, incluyendo hospitalización, dolor agudo y crónico, inflamación, infección y riesgos anestésicos sin ningún beneficio”, comentan los veterinarios en su oposición a estas prácticas.
Muchas personas consideran que, si la cirugía se realiza en periodos de desarrollo del animal, los efectos secundarios serán menores, pero no es cierto. Como explica la Asociación, los recién nacidos tienen una sensibilidad al dolor similar, si no mayor, en comparación con los adultos, aunque esto puede variar entre especies. Además, si un animal tiene una experiencia temprana con el dolor podría sensibilizar a los recién nacidos al dolor posterior, disminuir el umbral de dolor y alterar el desarrollo del cerebro.
Si nos centramos en la cola de los animales es fundamental tener en cuenta que se trata de un miembro funcional con una anatomía compleja. “La amputación de la cola en los cachorros provoca un dolor intenso”, explican los veterinarios. Esto se debe principalmente a la sección de los cuatro nervios que la forman y que pueden verse afectados seriamente por esta acción del ser humano. En concreto pueden generar neuromas, lo que conocemos comúnmente como nervio pinzado.
“Los neuromas pueden estar asociados con dolor neuropático que puede incluir entumecimiento, hormigueo, hipersensibilidad y dolor real, todo lo cual puede dar lugar a un bienestar crónicamente deficiente y a conductas autolesivas”, indican los expertos. Esta reflexión se extrae de diversos estudios que confirman científicamente el grado de afectación que provoca el corte de cola en perros.
“La comunicación social en los perros se basa en la observación adecuada de las señales de la cola y las orejas, por lo que tanto cortar las orejas como cortar la cola pueden afectar a su comunicación directamente”
Pero esta práctica no solo afecta a su bienestar físico. La cola y las orejas son parte del canal de comunicación de los animales. En general, el lenguaje corporal es su forma principal de comunicarse tanto con otros animales como con las personas. Así lo aseguran los veterinarios: “La comunicación social en los perros se basa en la observación adecuada de las señales de la cola y las orejas, por lo que tanto cortar las orejas como cortar la cola pueden afectar a su comunicación directamente”.
Algunos de los mensajes que expresan con estas partes del cuerpo son el estrés, la ansiedad o la tensión. Sin embargo, estas cirugías estéticas limitan su expresión y, por tanto, reducen en gran medida la capacidad de un perro para comunicar cómo se siente. Lo mismo ocurre con la eliminación de las garras en gatos, una práctica que también es común en algunos países y que reduce comportamientos felinos normales como el rascado.
“La WSAVA se opone a las cirugías de corte de cola y de orejas a menos que exista una razón médica para hacerlo. Si estos procedimientos se consideran médicamente necesarios, se debe utilizar anestesia y control del dolor adecuados y el procedimiento debe ser realizado por un veterinario autorizado”, concluyen los expertos.