El 14% de todas las especies de aves del mundo están amenazadas y se encuentran en peligro de extinción. Además, el 78% de ellas no prosperan debido a los ambientes modificados por el ser humano, es decir, cuatro de cada cinco. Esto provoca, como afirma un estudio de la Universidad de Helsinki, que las poblaciones de aves estén en disminución.
Esta investigación ha evaluado las poblaciones de especies de aves en los países del mundo, desde sus hábitats naturales hasta los entornos dominados por humanos, para analizar cómo influye el contacto con el ser humano en su extinción.
“Las especies amenazadas y las especies con poblaciones en declive son menos tolerantes a reproducirse en hábitats dominados por humanos. Por ejemplo, el reyezuelo, una especie que se encuentra sólo en los bosques tropicales del noreste de Australia, está en peligro de extinción, tiene una población en declive y una tolerancia muy baja a cualquier presión humana”, explica la doctora Universidad de Helsinki, Emma-Liina Marjakangas y líder del estudio.
"Los vencejos comunes son un ejemplo de especies que se pueden encontrar reproduciéndose en zonas urbanas de todo el mundo"
No obstante, no todas las especies encuentran el mismo problema en su convivencia con los humanos. “Algunas pueden tolerar incluso las presiones humanas más intensas en todos los continentes. Los vencejos comunes son un ejemplo de especies que se pueden encontrar reproduciéndose en zonas urbanas de todo el mundo”, explica Marjakangas.
Según el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal de la Naciones Unidas se han fijado objetivos para proteger el 30% de la tierra para la conservación de estas aves en peligro. “Este estudio nos permite identificar especies que son particularmente sensibles a la actividad humana y necesitan hábitats más protegidos para prosperar, por ejemplo, la agachadiza grande en Europa, el carril Nkulengu en África y la alondra de Hume en Asia. Las acciones de conservación para proteger o restaurar el hábitat pueden entonces dirigirse a las especies y lugares que más lo necesitan”, comenta el curador principal Aleksi Lehikoinen del Museo Finlandés de Historia Natural de la Universidad de Helsinki.
Europa y América del Norte presentaron mayores proporciones de especies adaptadas a entornos humanos en comparación con América Latina y África. Los investigadores atribuyen esta disparidad a la larga historia de impactos ambientales en Europa, que se extiende miles de años atrás. Esta historia puede haber resultado en la desaparición histórica de especies sensibles, así como en un largo período de adaptación para las especies restantes frente a los cambios graduales en el paisaje.
Para cuantificar la tolerancia a la reproducción en entornos influenciados por humanos, los investigadores examinaron datos de más de 6.000 especies de aves. Estos datos se recopilaron a través del proyecto eBird, que se basa en observaciones de ciencia ciudadana entre 2013 y 2021. La evaluación del impacto humano se realizó utilizando el Índice de Huella Humana, que considera diversas presiones como los entornos construidos, la densidad de población, las luces nocturnas, la agricultura y las carreteras.
El estudio, publicado en la revista científica Global Ecology and Biogeography, fue resultado del trabajo conjunto de investigadores de diversas instituciones, incluyendo la Universidad de Helsinki en Finlandia, la Universidad de Aarhus en Dinamarca, la Universidad de St Andrews en el Reino Unido y el Instituto para Estudios del Mediterráneo en España.