Los fumadores de cannabis pueden llegar a necesitar más de dos veces el nivel habitual de sedación cuando se someten a procedimientos médicos, según un estudio realizado por investigadores en Colorado (EE UU). El resultado fue que los pacientes que fumaban o ingerían cannabis a diario o semanalmente requerían un 14% más de fentanilo, un 20% más de midazolam y un 220% más de propofol para lograr una sedación óptima en los procedimientos de rutina, incluida la colonoscopia.