En un reciente trabajo, expertos del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), encontraron que personas con una ingesta elevada de carnes procesadas tienen un 30% más probabilidades de empeorar su función física, en comparación con otras personas que apenas consumen este tipo de alimentos. Sin embargo, el consumo elevado de carnes rojas o carnes blancas no se asoció a empeoramiento de la función física. La carne es un alimento con un contenido elevado de proteínas de alta calidad, que mejoran la función muscular, pero también contiene una cantidad considerable de grasas saturadas y trans, especialmente si es carne procesada.