Los países de la Unión Europea han respaldado la propuesta de la Comisión Europea para establecer un límite al contenido de grasas 'trans' en alimentos, con el objetivo de proteger la salud de los consumidores y promocionar la ingesta de productos más saludables. Y es que, diversos estudios científicos, incluido uno reciente de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) han subrayado en los últimos años que la ingesta de este tipo de grasas debe ser "lo más baja posible para evitar riesgos sobre la salud". De ahí que se acordó fijar un tope de dos gramos de grasas 'trans' por cada 100 gramos de grasa. El comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, celebró la postura de los gobiernos de la UE y ha advertido de que el creciente consumo de grasas 'trans' ha sido "una gran preocupación para los médicos durante muchos años".