Las gafas de sol en verano no son un mero elemento decorativo y, menos en la playa, donde hay una exposición excesiva, mirando al mar o a la arena sin protección en nuestros ojos. Se puede producir entonces, lo que se llama una queratoconjuntivitis actínica. Según explica el oftalmólogo de Policlínica Gipuzkoa, Enrique Aramendía, "esta patología suele ser una de las más frecuentes del verano, llegando a aumentar en casi un 50% los casos atendidos en Urgencias con esta dolencia". Unas gafas de sol podrían evitar esta patología, "por lo que es importante que valoremos las gafas como un elemento esencial para nuestra salud oftalmológica y no como un complemento de moda sin valor sanitario", señala este experto.