Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), pertenecientes al Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo y Centro Avanzado en Microbiología de Alimentos (IUIAD), ha evaluado la repercusión de ciertos antioxidantes procedentes del tomate sobre la viabilidad del microorganismo probiótico Lactobacillus reuteri, y viceversa, a lo largo del proceso digestivo. El estudio, que ha sido publicado en Journal of Functional Foods, concluye que la presencia de compuestos antioxidantes protege a la cepa probiótica frente a la pérdida de viabilidad que se produce durante el proceso digestivo, siendo esta protección mayor cuando estos proceden de tomate frito en lugar de crudo.