Una ciudad como Barcelona podría evitar cada año el 13% de su carga de enfermedad si se cumplieran las recomendaciones internacionales de actividad física y exposición a la contaminación del aire, el ruido, el calor y el acceso a los espacios verdes. De todos estos factores, el ruido del tráfico es el que provoca más patologías, por encima incluso de la actividad física y la contaminación atmosférica, según las conclusiones de un estudio de Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). La investigación,publicada en la revista Environment International, se ha realizado a partir de la herramienta Evaluación de Impactos en Salud de la Planificación Urbana y del Transporte y ha determinado que se podrían posponer casi 3.000 muertes prematuras en la ciudad con una mejor planificación urbana del transporte. El ruido del tráfico contribuye con un 36% a la carga de enfermedad provocada por la planificación urbana y del transporte, un porcentaje superior incluso al atribuible a la contaminación del aire.