La fatiga, el cansancio y la somnolencia excesiva son algunos de los síntomas más significativos del déficit de hierro, que, en personas con alguna alteración en el corazón, como la insuficiencia cardiaca, se agravan hasta el punto de dificultar tareas cotidianas como vestirse, ir de compras o pasar un rato de ocio con familia o amigos. En España, se estima que más de 1,7 millones de personas mayores de 45 años sufren esta enfermedad, de las que la mitad padece también niveles bajos de hierro. Este nutriente presente en alimentos como legumbres, vísceras o frutos secos, es esencial para la síntesis de hemoglobina, que se encuentra en los glóbulos rojos y transporta el oxígeno a los órganos. Del 1 al 3 de junio, Valladolid acoge la Reunión Anual de la Sección de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en la que el impacto y la carga del déficit de hierro sobre la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardiaca, así como su abordaje, protagonizan los debates de los especialistas.