Investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández) y el Instituto Central de Salud Mental de Mannheim (Alemania) han demostrado que los daños cerebrales producidos por el consumo de alcohol siguen progresando cuando cesa la ingesta. En concreto, el estudio, publicado en la revista JAMA Psychiatry, muestra que seis semanas después de haber dejado de beber siguen produciéndose cambios en la materia blanca del cerebro. Estos resultados rebaten la creencia de que las alteraciones en el cerebro empiezan a normalizarse inmediatamente después de abandonar el consumo. Para llegar a estas conclusiones, los científicos realizaron resonancias magnéticas a más de noventa pacientes voluntarios internados en un hospital de Alemania para su tratamiento de rehabilitación.