“Cuando cumplimos años tendemos a engordar porque disminuye el gasto energético en reposo, que es la energía que gastamos en mantener las funciones vitales básicas (gasto energético basal), sobre todo si mantenemos la misma ingesta de energía (calorías) y la misma o menor actividad física”, explica la doctora Emilia Cancer, del grupo de trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Esta especialista apunta que es importante entender que mantener o variar el peso corporal depende del balance entre la energía que ingresamos con los alimentos y bebidas, y la energía que gastamos en mantener las funciones vitales básicas (gasto energético basal), como realizar la digestión de los alimentos, y con la actividad física que hacemos. “Si el balance es positivo, ganaremos peso; si es equilibrado, mantendremos el peso; y si es negativo, perderemos peso”, advierte. Una vez que dejamos de crecer, el gasto energético en reposo disminuye aproximadamente un 5% por cada década y a partir de los 50 añosaproximadamente un 10% por cada diez años. “Por lo tanto, cuando se es más joven, es más fácil perder peso porque nuestro gasto energético en reposo es mayor”, apostilla la doctora Cancer.