A pesar de ser un alimento a primera vista inofensivo, las uvas tienen un tamaño similar a la glotis. De hecho, la tradicional fruta con la que los españoles damos la bienvenida al nuevo año, es la tercera causa de asfixia en menores de cinco años, según un reciente estudio publicado en la revista Nurs Child Young. Por eso, los otorrinolaringólogos ya han advertido del riesgo de atragantamiento que supone comer uvas enteras para los niños menores de cinco años: “Esta fruta, por sus cualidades en cuanto a su forma y textura, puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias y, si no se actúa de forma rápida, puede llegar a provocar la muerte” asegura el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, vicesecretario de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).