Los motores diésel desprenden óxido de nitrógeno, un producto cancerígeno. Es precisamente esta sustancia la que está matando prematuramente a miles de personas, tal y como determinaun estudio publicado en la revista Nature. Es más, 4,6 millones de toneladas del exceso de emisiones de óxido de nitrógeno proceden de este tipo de vehículos. La investigación señala también que casi un tercio de los automóviles pesados diésel y más de la mitad de vehículos ligeros superan los límites establecidos por las autoridades. Como consecuencia de estos excesos, más de 38.000 personas murieron el año pasado, la mayoría en Europa, donde el 10% de los fallecimientos prematuros causados por la pérdida de la capa de ozono son provocados por estas emisiones de motores diésel. No obstante, una normativa más exigente podría eliminar las emisiones de los mercados, evitando, como se prevé, 174.000 muertes en 2040.